‘’La unión que existe entre los individuos está fundada en el engaño mutuo’’
Blaise Pascal
Sí, parece insólito, pero así se titula este artículo. No encontré mejor nombre que este, que reconoce que la hipocresía es un adefesio, y a la vez reconoce sus virtudes. Para argumentar y justificar este atrevido artículo, primero debemos reconocer conceptualmente a la hipocresía como aquel acto y derecho humano de reservarse la opinión y de no expresar o enunciar o comunicar sus sentimientos, realidades o verdades a los otros. En definitiva un mero acto de discreción y un mero acto de no indisponer.
Para nadie es un secreto que la hipocresía es una máscara engañosa que vitupera y menosprecia la verdad, que premia la doble moral, autolimita al ser humano y cohíbe de transparencia y sinceridad a las relaciones humanas, pero también para nadie es un secreto, sobre todo para la sociedad de hoy, que la hipocresía es un mal o bien necesario para evitar que las relaciones sociales resulten atizando y agrietando en conflictos y violencias, esas que están cargadas de egoísmo, odios, egos y todo aquel caldo de cultivo que haría insostenible e imposible una convivencia y vida social medianamente tranquila, esa vida que dice en uno de los capítulos del libro ‘’El país de las emociones tristes’’(2020) de Mauricio García Villegas cuando menciona., ‘’Si no existiera la hipocresía, el egoísmo gobernaría a sus anchas, sin ninguna restricción y la vida en sociedad sería una guerra de todos contra todos’’ De igual manera me atrevería a decir sin ningún rubor y evidencia científica, cabe aclarar, que gracias a la hipocresía, o a eso que llaman los políticos como la diplomacia (eufemismo) nos hemos librado de muchas guerras, violencias y conflictos en nuestra historia como especie, y es más me atrevería decir que esta ha servido como un instrumento de supervivencia, evolución, desarrollo y adaptación de nuestra especie humana en este mundo.
Daniel Innerarty, un catedrático de filosofía política español, escribo un artículo hace un tiempo sobre la hipocresía, este lo llamó, ‘’Una defensa de la hipocresía’’ allí este consideraba que la hipocresía debía considerarse no como un problema, sino como una virtud o como el la menciona como una ‘’virtud cívica’’ donde esta se encargaba de mantener en la medida de lo políticamente correcto una sana convivencia entre los ciudadanos, esos que viven en sociedades cada vez más intolerantes y con delirio de persecución, donde se exige la verdad, pero cuando se suministra en sus justas proporciones la enemistad y la aversión constituye la forma de relacionamiento con el que expresa precisamente oposición, diferencia o intolerancia a eso que la democracia apremia como la libertad de expresión y opinión, pero que por fortuna la hipocresía es el polo a tierra para no decir todo lo que se piensa si se desea que este mundo sobreviva.
En definitiva para que la convivencia sea mínimamente soportable, en ocasiones es necesario no expresar o decir lo que pensamos, esto se podría considerarse como un acto de respeto hacia los otros, porque facilita la convivencia, tolera aunque falsamente la diversidad en un mundo democrático, premia la línea delgada entre lo público y lo privado y garantiza la vida social, esa que hoy peligra y es asechada por el sálvese quien pueda. Entonces cuando usted no expresa todo lo que siente, no dice la verdad y mantiene viva la hipocresía o el engaño con el otro, no se sienta del todo mal, ya que posiblemente le está haciendo un bien a la humanidad. Respire tranquilo, el mundo se lo agradecerá.
