Hoy la ciudad de Popayán vive momentos muy complejos dado que a la lucha de los estudiantes universitarios por la defensa de la educación, se sumaron los atropellos por parte de la fuerza pública y los improperios de algunos habitantes de la ciudad, quienes guiados por los medios de comunicación sin ética los tildan como vándalos y terroristas, siendo ellos perseverantes luchadores de la educación pública de nuestra región. Es triste ver cómo el periodismo de la Ciudad Blanca se hunde cada día y se convierte en una profesión mal ejercida en donde la imparcialidad dejó de existir hace mucho tiempo. Ahora son pocos los que se destacan en esta bella y peligrosa profesión, ahora son pocos los que muestran la verdad, ahora son pocos los que se atreven a revelar los atropellos de la fuerza pública y de la administración municipal.
Todos los días los medios dominan la mente y percepciones de los habitantes de esta hermosa ciudad cuna de verdaderos líderes y no de políticos de sangre dominante que lo único que generan a Popayán es seguir en el retraso económico y de infraestructura. En esta ciudad se debe pensar de acuerdo a lo que los medios digan, un día nuestros estudiantes luchan y marchan pacíficamente, al siguiente día los periódicos y noticieros radiales titulan que los vándalos dañaron y rayaron las paredes de la dizque hidalga, noble y culta ciudad de Popayán. Hoy el afectado es un estudiante luchador, cuya única arma son los libros y la música. Hoy el afectado es un defensor de la educación a quien unos que dicen defender a la patria le afectaron su ojo con armas las cuales nunca deberán luchar contra el saber.
Popayán es hoy esa ciudad de doble moral que se indigna por sus paredes blancas, que se acongoja porque los de apellido de abolengo se sienten agredidos y en donde el que lucha y defiende es catalogado como terrorista y criminal. Así se vive hoy en Popayán, absorbiendo medios de comunicación mediocres que solo venden mala información, que solo benefician a un gobierno que cada día nos hunde en la más profunda crisis. Hoy siento tristeza por esta bella profesión que me siento orgulloso de ejercer, dado que algunos mal llamados periodistas de Popayán venden la mala imagen de unos verdaderos gladiadores de la educación pública de Colombia.
