Ayer 14 de marzo del 2016, los taxistas salieron a las calles a protestar por la existencia de Uber en Colombia. Sus alegatos son simples, concisos y claros: quieren que Uber desaparezca porque, según ellos, es una empresa ilegal que les ha venido quitando los clientes, y en consecuencia sus ingresos han disminuido notablemente. Al final, lo que exigen los taxistas es que se respete la legalidad.
La pregunta que nos debemos hacer para entender el conflicto entre los taxis y Uber es: ¿Cómo es posible que Uber le esté quitando una parte importante de clientes a los taxistas, si esta empresa tiene tarifas muy superiores a las del gremio? La pregunta es absolutamente pertinente porque la lógica del consumidor indica que éste siempre preferirá pagar un precio inferior por un servicio que cumple la misma finalidad. Es decir, si quiero ir de la 170 con autopista a la calle 100 con autopista y no quiero coger transmilenio ni Sitp, tengo dos opciones: Taxi o Uber. Si el primero me cobrará 10.000, mientras que el segundo 16.000, lo más lógico es tomar el taxi y ahorrarme 6.000. A pesar de esto, los ciudadanos han empezado a optar por Uber, aun cuando en principio tiene un precio mayor, entonces ¿A qué se debe la preferencia de los ciudadanos por Uber? La respuesta es simple, y se resume en las siguientes razones:
1) Los taxistas rara vez cobran la tarifa legal: Realmente no recuerdo cuando fue la última vez que tomé un taxi y no me sentí tumbado al pagar. Los taxis que tienen el taxímetro adulterado para cobrar más son incontables y, en consecuencia, los ciudadanos terminan pagando más de lo que deberían.
2) Uber presta un mejor servicio: Uber es una empresa privada que funciona con carros nuevos, casi todos último modelo, por lo que son muy cómodos. A diferencia de los taxis, que en su mayoría son viejos. Adicionalmente, los conductores de Uber son en generalmente muy cordiales, se visten formalmente y respetan las normas de tránsito. Los taxistas, por otro lado, han cogido la fama de manejar como si no tuvieran licencia, ser groseros e intolerantes; y nada de esto es injustificado. La ciudadanía se cansó de pelear con los taxistas, no solo cuando son usuarios del servicio, sino también cuando son peatones o cuando van conduciendo un vehículo particular. Y es que hoy parece que los taxistas toman las normas de tránsito como una "mera sugerencia" y no como una orden legal; rara vez respetan los pares, los semáforos en rojos y los prohibidos parquear. Y ni hablar del uso de las direccionales y del límite de velocidad.
3) Uber presta un mejor servicio por una diferencia mínima: como consecuencia de que los taxistas cobren más allá de lo legal, la diferencia con la tarifa de Uber se ve reducida, y puesto que el servicio de Uber es mucho mejor, la conclusión final de elegir a Uber es obvia.
Las tres razones expuestas anteriormente son obvias para los ciudadanos, pero no para los taxistas. Ellos, a pesar de las críticas a su mal servicio siguen creyendo tener la razón, que porque "la ley los cobija", y ahí está lo irónico de la protesta de hoy. Los taxistas aun no entienden que son precisamente sus comportamientos ilegales los que han generado que los usuarios trasladen su fidelidad a UBER. Ya no nos aguantamos sus cobros ilegales; la violación a las normas de tránsito; su intolerancia para con los demás; su actitud agresiva; El "por allá no voy". Y como si eso no bastara, hoy, en la protesta del gremio, han decidido pinchar las llantas de algunos de los pocos taxistas que no están de acuerdo con la protesta, comportándose como una pandilla de malandros que atenta contra la libertad.
Señores taxistas: salir a exigir legalidad cuando ustedes han venido violando la ley de manera sistemática es un acto de hipocresía, y una nueva razón para seguir optando por Uber. ¿Quieren recuperar a la ciudadanía? La mejor forma de hacerlo es tomar la exigencia que hoy le hacen al gobierno y aplicarla a ustedes mismos. Empiecen a actuar legalmente.