"La política es dinámica" es la frase de muchos a la hora de apoyar un candidato. Y este dicho cobra vida cuando se sabe que hay contratos, secretarías o ministerios de por medio. Esto pasa tanto en el espectro de la izquierda como en el de la derecha, ya que los dos cuando están en el poder dan cargos, reparten burocracia, mejor llamada clientelismo, según sus intereses.
Pues bien, hay un político que se ha dedicado a exponer a quienes han tenido contratos con el Estado, obvio cercanos a algún partido y en especial de derecha. Su nombre es David Racero, actual representante a la Cámara por Bogotá, por la lista impulsada por Gustavo Petro. Su tarea, en gran parte, es darle a conocer al ciudadano cómo funciona la política y cómo se reparte la torta. Lo que él siempre crítica son los partidos, ojalá afines al peñalosismo o al uribismo, pero aquí se le escapa algo y es denunciarse a sí mismo.
Hay que decir que David también ha recibido contratos y adivinen qué: en la administración de Gustavo Petro. Fue un cargo en la subdirección de integración social después de haber sido candidato a edil por el movimiento progresistas y haberse quemado. Además, también es importante que David denuncie que su papá, Jorge Racero, en la administración Petro recibió contratos, por ejemplo en la dirección del IPES. En pocas palabras, papá e hijo tuvieron cargos directivos en la administración progresista.
Por otro lado, el papá de David renuncia en 2012 y empieza a hacer política en el Partido Liberal. Ahí apoya a un candidato, familiar suyo, al Senado por ese partido. El tema es que esto no es ilegal, pero sí incoherente con lo que predican y así como Racero ha sido vehementemente con otros partidos, no lo ha sido con él y su propia familia.