Debido al movimiento de turistas y a la venta de sus artesanías, los indígenas de La Guajira han optado por el turismo como una fuente de economía y generación de recursos propios.
Aún así, el departamento tiene un 53% de pobreza en el total de su población y se ha visto en una grave crisis humanitaria debido al abandono por parte del gobierno.
Allí se ve un estado generalizado de negación de servicios como salud, educación, vivienda digna, servicios sanitarios y sobre todo agua, lo cual evidencia el desinterés del gobierno y de la sociedad misma en los pueblos indígenas colombianos.
De la misma manera, la integridad e identidad de los indígenas ha sido atacada, como ha sido visto en los reportes periodísticos que se han hecho de la emergencia humanitaria que hubo en La Guajira, en donde se muestran sin ningún tipo de censura imágenes fuertes de los niños indígenas que se ven afectados por la falta de agua potable y de alimentos.
Lo anterior podría considerarse como un acto inmoral, sobre todo cuando se afecta la integridad moral de los indígenas familiares o de la comunidad de los niños filmados. Incluso, puede decirse que tienen bastante coraje quienes hacen esos reportes, ya que estos mismos periodistas trabajan para canales amarillistas y mediadores de los mismos políticos que limitan el presupuesto a este departamento y quienes no hacen nada por ayudar a estas comunidades que tanto lo necesitan.