Cuando se le ve entrar a un escenario su postura cambia, sus gestos se transforman y eso que ni ha entrado en personaje. Con mucho orden llega al teatro con el tiempo suficiente para revisar cualquier detalle. Analiza la escenografía, repasa sus movimientos y su boca recita en voz baja partes de sus diálogos. Con esa disciplina no hay un personaje que Marcela Benjumea no haya encarnado a la perfección.
Sin pensar que lo convertiría algún día en su carrera, desde muy pequeña Marcela se paraba en la sala de su casa a recitar interminables discursos. Con su hermano y también actor, Ernesto, creció en una familia al sur de Bogotá, sin ninguna necesidad, pero tampoco ningún exceso o comodidad mayor.
Lo de ser actriz nunca lo concibió en sus planes porque rechazaba la fama que traía consigo, desde pequeña nunca le gustó salir con su papá y ver multitudes de personas encima de ellos. Con el tiempo comprendió que una cosa no se relacionaba con la otra, y aprendió a manejar su vida privada lejos de las cámaras.
Cada mujer que la bogotana ha interpretado ha dejado huella en la televisión colombiana. Con 50 años, la hija de Carlos ‘el gordo’ Benjumea, no se separa de las tablas, ahora hace parte del elenco de Radojka, la obra teatral dirigida por Santiago Alarcón y sigue vigente en la serie de Netflix El Robo del siglo, al lado de Andrés Parra. Ni su más reciente pérdida, de la que no habla mucho públicamente, la detuvo de continuar con su carrera y descrestando a los colombianos con su talento.
Cuando estuvo en un colegio de monjas a Marcela nunca le fue bien en matemáticas, para no estar siempre en matrícula condicional la joven tuvo que alejarse de la literatura, música, danza y teatro, pero no funcionó. Cuando estuvo en otro colegio, su experiencia fue diferente, mejoró sus notas y hasta se atrevió a crear un grupo de teatro, donde escribía sus propias obras; de ahí su decisión de entrar durante cuatro años a la Escuela de Formación de Actores del Teatro Libre, donde incluso compartió estudio con su hermano Ernesto Benjumea.
Como mujer, y sin haber sido madre, Marcela ha interpretado los papeles de las mamás más recordadas de la televisión colombiana. Ella misma las recuerda con profunda admiración y hasta lo considera algo que nunca podrá cumplir en su propia vida. Yamilé Caicedo, la mamá de Marbelle en Amor Sincero, o Mireya Pinzón en La Niña, serán algunas de las historias de oro para la actriz.
Pero, así como puede expresar la ternura más infinita, también puede encarnar a una mujer temida hasta por los mismos hombres. La prueba viviente es su papel de Doña K en El Robo del Siglo de Netflix, inspirada en la mujer al mando del grupo de ladrones que entraron al Banco de la República de Valledupar en 1994. Y así como no le tiembla la mano para asumir semejantes personajes, tampoco le tiembla para hablar sobre política colombiana. Desde un principio condenó el proyecto de la Reforma Tributaria calificándolo como el declive de la clase media. La actriz con una postura, al igual que la de su hermano antiuribista, ha defendido valientemente las vidas que se cobró la fuerza pública en el Paro Nacional que inició en abril del 2021 y duró por más de un mes.
La actriz y su familia se sumergieron en una profunda tristeza el 13 de mayo del 2021: el gran actor Carlos ‘el gordo’ Benjumea falleció a sus 80 años de edad a causa de una larga enfermedad renal que lo atormentó durante años. Desde el 2014 el idolatrado maestro estuvo sujeto a una diálisis, y aunque las cosas lucían mejor en el 2017, la enfermedad pareció ceder al embate. Fue la misma Marcela la primera en referirse a lo sucedido, utilizó su cuenta de Twitter para agradecer por los mensajes e incluso mandar una dedicatoria al fallecido. Aunque apenas han pasado 3 largos meses, Marcela aún cambia de semblante cuando le preguntan por su papá; con mucho respeto y toda la razón, la actriz se limita a contestar que extraña todo de él y pide no más preguntas más al respecto.
Además de participar en la próxima novela de RCN La nieta elegida, Marcela Benjumea brilla en el Teatro Nacional La Castellana con la obra dirigida por Santiago Alarcón, Radojka. Su catarsis es impecable y muchos ni siquiera podrían creer que solo tuvo 21 días para prepararse.
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