Siempre ha jugado políticamente en llave con su papá, el exdirigente sindical Angelino Garzón, quien, por su cercanía con Álvaro Uribe, fue el vicepresidente de Juan Manuel Santos e Iván Duque lo nombró embajador de Colombia en Costa Rica, de donde regresó a su retiro. El juego está ahora abierto para Ángela Garzón.
Aunque comenzó en el Partido Liberal, cercana a Simón Gaviria fue incluso nombrada Secretaría Social y de Participación del partido mientras su papá buscaba acercar sectores sindicales a Álvaro Uribe quien lo nombró embajador ante la ONU en Ginebra. Pronto, Ángela Garzón dio un volantín político –muy al estilo de su papá Angelino, quien empezó en el Partido Comunista y líder sindical de izquierda para terminar aliado incondicional de Álvaro Uribe: dejó a los liberales para seguir los pasos paternos y buscar cobija en las toldas del Centro Democrática. Con su aval llegó al Consejo de Bogotá donde estuvo hasta el 2019.
La hija de Angelino Garzón quiso dar el salto y aspiró a la Alcaldía de Bogotá por el Centro Democrático pero fue una aventura rápida porque pronto desistió de su aspiración para adherir como jefe de debate de la primera campaña de Carlos Fernando Galán en la que salió derrotado por Claudia López.
Y ahora tomó un nuevo camino. Terminó lejos del Uribismo, de persona de confianza de Ovidio Claros en la Presidencia de la Cámara de Comercio de Bogotá, cargo que logró por decisión de Gustavo Petro, en compensación a una movida de Claros como magistrado en la que lo acompañó el Ministro de justicia Néstor Osuna.
El nuevo directivo de la CCB, la nombró su asistente personal. Pero este es solo un primer escalón hacia su empoderamiento. Será el reemplazo de Ana María Fergusson en la vicepresidencia de Articulación Público-Privada de la Cámara de Comercio de Bogotá, entidad que maneja más de 360.000 millones de pesos de presupuesto anual para el fortalecimiento del tejido empresarial de la capital del país Fergusson quien ya renunció, había sido nombrada por Nicolás Uribe y estuvo casi tres años en el cargo. Había sido directora del Comité de Productores de Acero de la ANDI y durante siete años trabajó en el sector privado.
La trayectoria de Ángela Garzón, igual que su jefe Ovidio Claros es más política que otra cosa y el suyo es el primero de los varios cambios directivos que este pretende hacer acorde con los lineamientos de Gustavo Petro, aunque tuvo una primera frustración en su aspiración a presidir la junta de Confecámaras. Muy seguramente la tarea política de Garzón es construir puentes con el Centro Democrático y otros partidos políticos para buscarle gobernabilidad a Claros que logró la presidencia de la Cámara después de tres intentos y sin el respaldo absoluto como había ocurrido en el pasado.