A sus 88 años, Fidel Castro pasa buena parte de sus horas de insomnio navegando por internet, buscando, entre otras cosas, alternativas alimenticias para el bloqueado y cercado pueblo cubano. Allí encontró una planta de 9.5 metros llamada la moringa que contiene diecisiete veces más calcio que la leche, veinticinco veces más hierro que las espinacas y quince veces más potasio que los plátanos. Además las vitaminas y minerales que contiene, podría ser la solución para enfermedades como la hipertensión y la diabetes.
Las propiedades del árbol ayudan al cuerpo a renovar las células que mueren a diario, cualidad que lo convierte en un remedio bastante eficaz para los enfermos de Sida. La moringa es la fuente de la eterna juventud y es el secreto por el cual Fidel Castro parece haber abandonado para siempre el problema gastrointestinal que casi lo mata y lo terminó alejando del poder en el 2006.
El hecho de que todas sus partes sean comestibles, desde las raíces hasta la semilla, lo convierten en un suplemento ideal para la cada vez más reducida canasta básica de los cubanos, golpeada desde que en 1991 se hundiera la Unión Soviética, su principal proveedor de alimento, energía y combustible. Por eso, el líder máximo de la revolución, escribió alborozado el 17 de junio del 2012 en su sitio privado Cubadebate “ya están las condiciones creadas para el cultivo masivo de moringa, árbol milagroso, que es fuente inagotable de carne, huevo y leche”.
Originario del norte de la India, la Moringa abunda en todo el trópico y su cultivo previene la erosión del suelo. Entre sus cualidades están, además, la de resistir largas sequías y vientos fuertes, lo cual lo hace propicio para que se cultive en cualquier tipo de suelo y otorga una buena producción de leña y madera, además está por probarse que puede ser una fuente de biocombustible, algo que le caería de perlas a la alicaída economía cubana.
Tomar moringa ayuda a limpiar los riñones, previene infartos y problemas con el sistema circulatorio, regula el aparato digestivo y previene la diarrea y el estreñimiento. Sus semillas tienen propiedades antibacteriales y sus flores son ricas en antioxidantes y aminoácidos.
Los cultivos de moringa se extienden por toda Cuba y aunque desde Miami consideran un disparate de la revolución, el consumo de esta planta milagrosa cada vez salva más vidas, incluida la del propio comandante Fidel Castro.