La prensa no dejó de nombrar a Luis Andrés Colmenares en todos sus titulares. No paraban. Cuando se referían a alguien distinto era para hacer alusión a "Laura Moreno" y "Jessy Moreno", y el foco se iba a las presuntas culpables y testigos directas del homicidio de Colmenares. Tanto, que los titulares las convirtieron en un matrimonio verbal, Laura Moreno era mencionada junto a Jessy Quintero. De eso no había duda. El foco también se movía constantemente a "los padres de Luis Andrés Colmenares" y su gran lucha, pero una cuestión quedó en el aire, y todavía queda allí: ¿qué hay de su vida y de sus luchas individuales? Más allá de Luis Andrés, ¿Qué más hay ahí? Tras ver detenidamente la serie de Netflix, 'Historia de un crimen: Colmenares', una duda constante se iba despertando y era el rol que tuvo, tiene y tendrá por los siglos de los siglos, amén.
Oneida Escobar de Colmenares ha sido una mujer creyente toda su vida, creció en Villanueva pero vivió más de la mitad de su vida en Bogotá. "No cambio Villanueva", dice constantemente cuando las entrevistas la atosigan y le piden que cuente mil veces quién era Luis Andrés Colmenares y el dolor que los ha abrazado hace ya años. "Sueño con él, ¿sabes? Sueño bastante con él, se me aparece constantemente y me besa. Es que los hijos no se van... incluso uno se termina encontrando con ellos", responde en otra entrevista, incluso tratan de preguntarle por Jorge pero se sabe que él ha tenido que cuidar de ella y ha dedicado su adolescencia y estudios a favor de la muerte de su hermano. El dolor sabe cómo sembrar sus semillas.
El 31 de octubre del 2008, a las 4:30 a.m. su vida se quebró. Fue una llamada de Gonzalo Gómez la que desató la incertidumbre: "no le diga nada a su mamá, Jorge", pero Jorge no se quedó callado y le avisó a su madre. Ella no aguantó la incertidumbre y salió a buscarlo inmediatamente. Se encontró con versiones tergiversadas y con el tiempo a un Luis Andrés que se le aparecía constantemente en los sueños, le hablaba y la besaba. A pesar de que no fue por ella que la Fiscalía reabrió el caso, sí fue el impulso de madre el que llevó a que ese sueño –en donde se le había aparecido Luis Andrés diciéndole que las respuestas estaban en su cuerpo– fuese un gran motor para una investigación que estaba abriéndose paso: la teoría del homicidio. Una carrera con el tiempo, la fiscalía, el dolor, el luto, la pérdida y las nuevas pruebas que cada vez se iban sumando a la lista de los porqués en este caso. Esa era la carrera diaria de Oneida Escobar de Colmenares, parecía no huirle al tiempo pero este le hacía una carrera sin límites. Noches en vela, encuentros con su madre, viajes a Villanueva con su esposo y su hijo, y cenas en donde el plato de Luis Andrés se servía para darle la bienvenida en caso de llegar a visitarles una noche más.
Alguna vez ella dijo que cuando Laura Moreno llegó, la mala hora llegó a su casa también, pero tal vez, en los silencios que quedan del caso, en los recuerdos que acompañan, en la ausencia que se hace visible cada día en Oneida, la mala hora los sigue acompañando día tras día.
La herida que le abrió Netflix a Oneida, la mamá de Luis Andrés Colmenares
La serie removió en ella los fantasmas que se instalaron en su mente y en su casa desde aquella madrugada del 2011 en que perdió a su hijo