“Hay que ser un inconsciente para hacer una película así” dice Cristina Gallego, co directora de Pájaros de verano, la primera película latinoamericana en haber tenido la distinción de abrir la Quincena de Realizadores en Cannes y señalada por la crítica internacional como una de las favoritas para llevarse el Oscar a mejor filme extranjera.
Durante seis semanas el equipo de Ciudad Lunar, la productora de Ciro Guerra, se internó en el desierto de la Guajira y tuvo que enfrentarse al viento, la arena, las plagas y los caprichos del agua para realizar una epopeya que en su primera semana en cartelera ha llevado a casi 100.000 espectadores distribuidos en 90 salas de cine del país.