Hay una destreza de los políticos criollos que, aunque no necesariamente es autóctona, sí ha sido apropiada como norma social: la habilidad de hacer la zancadilla al gobernante elegido, particularmente si fue el adversario político. Espejo retrovisor, señalamientos, revocatorias, son algunos de los medios.
No es una destreza nacional, sin duda; durante ocho años sectores del partido republicano gringo mortificaron y sabotearon a Obama, tanto en el congreso como en los medios tipo Fox, o en otros mas extremistas de la llamada “alt right”, del estilo Breitbart y, obvio, en las redes, incluyendo las alusiones a la supuesta afinidad musulmana y su lugar de nacimiento.
Sin embargo, guardadas las proporciones, buena parte de los políticos colombianos son verdaderos ases en la materia, ejemplares en el arte de meterle palos a la bicicleta de cualquier administración. En eso, valga la verdad, hay acuerdo entre sectores de derecha e izquierda.
El procurador Ordóñez destituyó a Petro a los 20 meses de haber comenzado su mandato, además de inhabilitarlo por 15 años. A Peñalosa lo querían tumbar a los dos meses de haberse posesionado; recogidas mas de 600 mil firmas, la Registraduría dio el a aval al proceso de revocatoria. En uno y otro caso, el desgaste de energía y recursos de los gobernantes fue brutal. ¿Podrá calcularse el costo del tiempo perdido? Por supuesto, la revocatoria es una medida amparada por la constitución y la procuraduría está en su derecho. Sin embargo, en uno y otro caso lo que se vio fue el despliegue de la bronca, como corresponde cuando es elegido “el otro” (o “la otra”).
Daniel Quintero y Claudia López, los alcaldes de Medellín y Bogotá, sin haber cumplido el primer mes de mandato, ya sufren la artillería pesada de la descalificación y las apuestas de revocatoria pululan en redes. En el primer caso, el CD y, dentro de éste, la casa Ramos, a tres semanas de gobierno, ya han generado un movimiento para revocarlo. Vándalo, promotor del paro, secuaz de Petro, comunista, le quedó grande Medellín, son algunos de los epítetos mas frecuentes en las redes.
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En cuanto a Claudia, los hashtag promovidos por varias cuentas en Twitter son dicientes: #claudialopezculpable, #claudialopezrenuncie...
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En cuanto a Claudia, los hashtag promovidos por varias cuentas en Twitter son dicientes: #claudialopezculpable, #claudialopezrenuncie... Desde el primer día de gobierno ha recibido el garrote de Petro, sea por el metro o por el Esmad... A ello se suman los ataques a sus características de mujer diversa gobernante, verdadera infamia de intolerancia.
Los ataques del petrismo ocurrieron antes de la adjudicación de la línea de Transmilenio por la avenida 68... Lo que veremos en las próximas semanas, de varios sectores, serán las iras de quienes consideran que la alcaldesa sí podía suspender la adjudicación; que ahora vendrá la de la 7a y que, en materia de movilidad, Peñalosa impuso el guión y los actores. Palo de lado y lado.
La competencia de aniquilar la capacidad de gobierno es conocida por todos. El gobierno de Santos, particularmente el proceso de paz, fueron blanco de los mas feroces ataques de parte de la plana mayor del uribismo, que no vale la pena recordar, aunque los efectos perturbadores y letales están a la orden del día. Coletazos mas bien ridículos como aquel de “Santos y sus compadres pretenden dar un golpe de estado a Duque”, proferido por un expresidente a los pocos días del paro del 21 de noviembre, dan testimonio del delirio.
La habilidad de la zancadilla, que une prácticas de derecha e izquierda, se materializa en un hecho trágico: la incapacidad, por no decir la imposibilidad, de buscar consensos para remar hacia adelante como sociedad.
Aunque los cambios siempre han estado presentes, los que están ocurriendo no tienen precedente por su velocidad e impacto. El cambio tecnológico y la globalización de los mercados y, por ende, la interdependencia entre todos, van a pasos de gigante, alterando las formas en que producimos, aprendemos, consumimos, nos relacionamos unos con otros. El desafío del cambio climático no tiene discusión para la gran mayoría de los jóvenes en el mundo, incluidos los colombianos.
Colombia requiere de líderes sin retrovisor, de políticos que busquen consensos, que promuevan la confianza y el respeto por la diversidad, de soluciones a la inequidad y al cambio climático, de esfuerzos que nos proyecten a vivir en un mundo que está cambiando de forma acelerada.