Ir a Corinto, Cauca, es cada día más una odisea. En cualquier curva puede uno toparse con un combate entre los tres grupos ilegales de la zona —EPL, ELN y disidencias del frente 6to de las Farc— y el Ejército. La guerra es hoy más duro. Antes había un grupo, todos sabían que mandaban y un poco se hacía lo que ellos mandaban. Era un paz tensa. Pero ahora, son todos contra todos por ocupar el poder de las Farc.
Los proyectos de paz —fincas productivas, carreteras, etc.— no han llegado del todo y se espera que esto logre solucionar la violencia, pero el gobierno de Juan Manuel Santos quizás llegó tarde: hace un año y medio las Farc se concentró y ese mismo tiempo llevan los otros grupos ilegales intentando adueñarse de la región.
La guerra volvió tan fuerte que la gente se acostumbró, al punto de grabar con normalidad cómo los tiros pasan por encima. Aunque la postura cambia cuando hablan de Mordisco. En este momento él es quien manda en la zona: algunos dicen que solo maneja las disidencias de las Farc, otros dicen que también está detrás del nuevo grupo en la región: el EPL.
Los resguardos indígenas y las organizaciones sociales siguen resistiendo: no quieren que la guerra determine sus vidas. Por eso las guardias están más activas que nunca. Por eso colectivos como El Tejido de Defensa de la Vida y los Derechos Humanos de Cxhab Wala Kiwe - ACIN se han puesto a la tarea de contarle al mundo lo que pasa en su territorio.