Este puerto sobre el Pacífico es una de las salidas de droga más importantes que se disputan desde hace 30 años fuerzas ilegales. Integrantes de las Farc, Paras y Bacrim se han salido de sus respectivos grupos para dedicarse de lleno a actividades delictivas como el narcotráfico o la extorción. El proceso de paz no ha logrado el eco esperado en esta región cada vez más sumida en un caos social y administativo.
Este informe de la Fundación Paz y Reconciliación hace un análisis de la situación.