El pasado martes 10 de mayo, el país despertó con la noticia de que Cristina Plazas había presentado la renuncia al cargo como directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y que su reemplazo sería Camilo Enciso Vanegas, quien actualmente es el secretario de Transparencia de la Presidencia de la República. Durante la mañana la noticia fue esa, hasta que sobre el medio día el Presidente Juan Manuel Santos salió a desmentir esa información y a ratificar a Cristina Plazas en su puesto.
Llevo muchos meses pidiendo la renuncia de Cristina Plazas como directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar: los más de 50 niños muertos por desnutrición en los últimos meses, sin que el ICBF tomara medidas, son para mí un claro motivo de que ella debe dar un paso al costado. Soy consciente que la señora Plazas no tiene toda la culpa, ella es solo uno de los eslabones responsables en la muerte por desnutrición de los niños, pero al ser la directora de la Entidad encargada de velar y proteger a los menores, debe tomar las medidas que sean necesarias para que estas muertes no sigan sucediendo; medidas que hasta ahora no he visto o si existen no han sido suficientes. Por lo dicho anteriormente, ella debe salir del ICBF, pero su salida no puede depender de los intereses de algunos políticos.
Y aquí viene el cuento de qué es lo que está sucediendo. Hace unos días estuvieron reunidos el senador Roy Barreras y Camilo Enciso, quien es muy cercano a Sergio Díaz Granados y por lo tanto tiene la confianza del presidente, básicamente me cuentan, que la reunión era para hablar de su nombramiento como director del ICBF. De este encuentro supieron y le dieron su aprobación los congresistas Bernardo “Ñoño” Elías y Miguel Amín. Además de esto, La Luciérnaga de Caracol Radio, reveló que por lo menos 12 Congresistas de diferentes departamentos, durante las últimas dos semanas, llamaron al Presidente de la Republica para pedirle la cabeza de Cristina Plazas, pues la señora les estorba.
Después de saber esto, tenemos que abrir el baúl de los recuerdos, pues cabe resaltar que en el pasado reciente, “Ñoño” Elías y Miguel Amín tuvieron disputas con la Señora Plazas, aparentemente porque ella no quiso nombrar a algunos recomendados de dichos congresistas. También he confirmado que los 12 congresistas que llamaron al presidente son responsables de la contratación de alimentos de los niños en sus respectivos departamentos. Es que todo hay que decirlo: he sido uno de los críticos más grandes de la gestión de Plazas pero reconozco que una de las pocas cosas que ha hecho al frente del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar es tener carácter y no dejar que los políticos corruptos sigan dañando esa Entidad.
Después de todo esto, queda demostrado que el bienestar de los niños en este país importa muy poco. Importan más los puestos, la corrupción y la plata, que elegir una persona idónea y competente para que dirija la entidad encargada de velar por el bien de la niñez en nuestro país. En Colombia el grueso de nuestros niños se divide entre los que se mueren de hambre y los que sobreviven con la comida podrida que les dan en el colegio.
@juanfesanin