El primer problema que tuvo Carlos Queiroz con los jugadores de la Selección fue en el hotel Catussaba Resort de Salvador de Bahía, el lugar donde el equipo se concentró para jugar la Copa América en junio del 2019. El día que se confirmó que Stefan Medina jugaría de titular y que Santiago Arias se quedaría en el banco en el debut contra Argentina, el jugador del Atlético de Madrid estalló. Durante la era Pékerman, después del retiro de Camilo Zuñiga, nadie ponía en duda su titularidad. En los partidos del Mundial de Rusia mostró que era insustituible y, además, en la temporada pasada, se afianzaba como hombre de confianza del 'Cholo' Simeone. Pero Queiroz, a diferencia de Pékerman, no arriesga mucho, le gusta los laterales que defienden, no los carrileros que salen al ataque y dejan espacios atrás.
El experimento contra Argentina salió bien. En ese partido, el resistido y odiado Medina lograba lo que parecía imposible unos meses atrás: ser titular de la Selección Colombia. Los primeros tres partidos oficiales de Queiroz fueron fantásticos, los problemas surgen con Chile, cuando insistió en poner a Medina y dejar sentado a Arias y a Edwin Cardona. El ser tan amarrete hizo que Colombia empatara a cero con los australes y después perdiera por penales.
Desde ese momento el equipo nunca fue el mismo. Cardona le habría reclamado aireadamente lo que provocó su despido absoluto de la Selección, pataleta que también le hizo Santiago Arias. Por eso para los partidos contra Brasil y Venezuela, al igual que esta tanda contra Chile y Argelia, fueron borrados. Pero lo que más ha molestado al grupo fue el despido de Eduardo Niño, un despido tácito, un despido que aún no ha sido oficial.
El estilo de Queiroz molesta, no es frentero, no agarra el toro por los cuernos hasta el punto que, desde la pasada fecha FIFA, el preparador de arqueros irlandés Dees McAleenan ocupa el cargo de Eduardo Niño. El técnico portugués quería tener de base a Eduardo Niño en Bogotá, pero él vive en Cali, lo que no había sido hasta ahora un obstáculo para ser el preparador oficial de la Selección desde el 2005. Sin embargo, Queiroz, para no desatar la confrontación, no ha sido claro y cuando se le pregunta por el tema evade y dice que Niño está invitado a seguir siendo parte de la Selección. La salida de Niño no cayó nada bien dentro del equipo así como la renuencia de no llamar a Camilo Vargas, estrella en México, después de la Copa América. La sanción que caerá sobre Montero, arquero del Tolima, salvó a David Ospina de una posible suplencia. A Queiroz no le gusta la estatura del paisa -1.83- y preferiría alguien más alto, más corpulento. Esta declaración de Queiroz en la rueda de prensa de ayer despertó aún más las dudas: “Colombia tiene que hacer un trabajo de reflexión y decisiones muy importantes en el área de arqueros, estoy tratando de mantener equilibrio.”
Arias y Cardona podrían ser los primeros jugadores que caerán bajo la era Queiroz. Los no llamados a Falcao y a James preocupan. Primero se creía que era porque iba a esperar a que los jugadores se aclimataran en sus nuevos equipos, pero las versiones son muy confusas y las frases del portugués, como de que en la Selección tenemos que acostumbrarnos a jugar sin las grandes estrellas, preocupan y alertan sobre una posible guerra al interior de la concentración.