Señor ministro de Guerra, no insulte más mi inteligencia. Ahora todo son maniobras de rutina, revistas aéreas y visitas de buena voluntad. Ustedes nos están embarcando en una guerra contra otra nación, que independiente de todo, no nos dejará sino destrucción, gastos innecesarios y muerte de nuestros muchachos por defender causas ajenas.
Sin estar de acuerdo para nada con el actual gobierno venezolano y sus procedimientos represivos, algunas personas, como yo, no creemos que Colombia vaya de las declaraciones destempladas e irresponsables de nuestro embajador Francisco Santos a los hechos.
Qué buena oportunidad se le ha presentado al presidente Duque para levantar su imagen caída por los desaciertos y sumar puntos en las encuestas mostrándose belicista como le gusta a la mayoría de los colombianos, pues nosotros no salimos de una guerra para meternos en otra y además compramos conflictos pues hasta tenemos tropas en Medio Oriente. Basta recordar que en plena violencia entre liberales y conservadores nos quedó tiempo para enviar el Batallón Colombia a la guerra de Corea por colaborarle a los Estados Unidos con los resultados que todos conocemos para quienes en ella participaron.
Seré de los pocos colombianos que no está de acuerdo con esta guerra que se prepara y menos con que nos oculten, tanto el señor presidente y su ministro, que las tropas norteamericanas ya están acá no para entrenar soldados o para hacer escuelitas sino para actuar e imponer sus intereses.
No sé si este escrito me causa algún problema personal pero lo hace un colombiano opositor a Maduro. Un patriota de verdad, como yo, no puede decir que ama a Colombia y estar feliz porque nos invaden, así sea de manera momentánea, ejércitos extranjeros, vengan de donde vengan y con los fines más loables que esgriman.