Ninguna sociedad podrá salir de sus atrasos y evolucionar hacia un desarrollo sostenible, si sus principales líderes o figuras a seguir son personajes al mejor estilo de Pablo Escobar. No entiendo como hoy los pueblos festejan cumpleaños de políticos presos he inmersos en oscuros delitos contra los derechos humanos, como lo ocurrido en días pasados con el cumpleaños del exgobernador de la Guajira Kiko Gómez, presunta mano derecha del narcoparamilitar conocido como Marquitos Figueroa, capturado, y detenido en una cárcel de Brasil. El pueblo se reúnen, recolectan, aportan y hasta realizan actos religiosos para enaltecer personalidades de dudosa reputación, indignados por las actuaciones de las autoridades judiciales en contra de acciones tan evidentes, que negarlas sería un paso a la demencia.
Pero nadie dice nada, no existe reproche alguno por todos los niños guajiros que mueren a diaria por desnutrición, por falta de una buena atención médica, nadie dice nada por todos los recursos que se han robado muchos de esos mismos que hoy están presos he investigados por delitos contra la administración y comunes, nadie dice nada por la ausencia del Estado en las municipios más pobres, donde no cuentan con salud ni educación, elementos esenciales para un vivir digno.
Lo más lamentable es ver como mi pueblo, La guajira vive una fiesta donde los anfitriones son el clientelismo, el oportunismo, la corrupción y politiqueros que se encuentran a la orden del pavoneándose por las calles y parques de los barrios más olvidados por las administraciones locales. Solo se acuerdan que existen en época de elecciones. Prometiendo cosas que nunca cumplirán, jugando con los sueños y esperanza de los guajiros, que desafortunadamente no han podido atinar en cuanto a la escogencia de sus mandatarios, ninguno ha podido solucionar los principales problemas sociales de la península, como si se tratara de un departamento que solo existiera en las composiciones vallenatas.
Pero como es de esperar en todas las historias existe un final, un final que se ha repetido a lo largo de las serenatas guajiras, terminan ganado los mismos de los mismos y con las mismas, los Pérez, los Ballesteros y uno que otro colado a la serenata que utiliza hasta peores estrategias que los primeros. Solo espero que mi guajira despierte algún día y cobre todo eso que le han negado a sus hijos.