Los habitantes de La Guajira necesitamos urgente volver a reconocer una autoridad que ejerza un liderazgo serio sobre todos los habitantes y tenga como primacía política el restablecimiento de la institucionalidad al ente administrativo, pues una nave impulsada por diferentes vientos solo puede ser conducida por un piloto, y los últimos siete años han sido uno de los periodos más difíciles de la vida política de esta región desde siempre, hecho que se evidencia con las crisis sociales en las cuales estamos sumergidos que requieren la disposición general del pueblo para cambiar el rumbo, por ello este año es clave para este proceso y necesitamos la voluntad para intervenir inmediatamente algunos aspectos.
Lo primero que hay que remediar es la legitimidad del gobierno departamental el cual se encuentra a la deriva por diferentes causas judiciales, se requiere de manera prioritaria la toma de decisión del gobierno central para la designación de un gobernador que se revista de facultades constitucionales que otorga la designación especial por el presidente de la república para estos casos; en tanto que se necesita definir prontamente el futuro de los proyectos viales, el impulso al programa bandera del presidente Duque en el departamento, Guajira Azul, y el restablecimiento de las competencias en la administración del Sistema General de Participaciones (SGP) en salud, educación y agua potable que actualmente se encuentran suspendidas por una medida sancionatoria por mala administración de los gobiernos del último lustro.
Algo que sé que generará mucho revuelo en este escrito es reconocer la inoperatividad de los últimos gobiernos nacionales y departamentales frente las necesidades de la Gran Nación Wayúu, especialmente en sus mujeres y niños lo cual está resultando en un exterminio sistemático como se denunció ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por carecer de las condiciones mínimas dignas para vivir, por ello lo primero que debemos hacer institucionalmente es reconocer que el 44,9% de la población total del departamento pertenece a grupos indígenas y resignificar las tareas administrativas frente a esa comunidad fortaleciendo los equipos de trabajo, revisando los diagnósticos de los estudios oficiales y de las organizaciones no gubernamentales para la toma de decisiones que incidan realmente en la solución a los actuales problemas de desnutrición, satisfacción de necesidades básicas, oportunidades de generación de riqueza y resguardo de su identidad.
En otros escritos me he mostrado fervoroso seguidor de los nuevos postulados de la economía naranja, en ese sentido se ha venido impulsando en otras regiones la presentación de proyectos nacionales en este sentido, empero, hasta la fecha desconozco que se ha hecho en el departamento para tratar de ingresar a este nuevo orden de generación de recursos, sino que por el contrario insistimos en el mismo modelo económico basado en la minería y el contrabando; por eso es importante desde la cabeza del gobierno iniciar procesos de capacitación y divulgación de los procesos de emprendimiento que pueden surgir con los nuevos escenarios socioeconómicos que a pesar de todo han sembrado su semilla en esta hermosa tierra como es la próxima bonanza de energías renovables, el turismo que crece aceleradamente, los proyectos culturales, la agricultura y ganadería.
Sin desconocer las otras carencias que hoy frustran un futuro glorioso para todos, este año 2019 es necesario mirar estos retos que solo podrán cumplirse con el acompañamiento de todos los sectores sociales, comunitarios y políticos en unidad a fin de lograr la paz, justicia y felicidad que añoramos como sociedad, preparando paralelamente el camino a los nuevos gobernantes que serán electos en los próximos comicios y que tendrán el reto de regar la semilla sembrada en este periodo.
