Uno no sabe qué cosas le pasan por la cabeza a James Rodríguez. En su desconecte con el país, tal vez jugando maquinitas en su tiempo libre, ni siquiera entiende el buen momento que pasan los jugadores de la selección nacional. Colombia en este momento no necesita de James Rodriguez. El estelar momento de Cuadrado, de Mateus Uribe, del propio Sebastian Villa, hacen que su nombre pueda ser reemplazado por el técnico portugués a quien no le cayeron bien las palabras que recibió del propio jugador. Según Javier Hernández Bonnet, quien divulgó la conversación en su programa de Blu Radio, esto fue lo que pasó: “Se reunieron. Tuvieron una charla amable, pero no se llegó a ningún acuerdo. Según me contó un directivo de la Federación, Queiroz le dijo a James que no podía asegurarle la titularidad y James le contestó que él no venía a la Selección a ser suplente”.
Entendemos perfectamente que James quiera ponerse la diez en la eliminatoria y que esté ansioso de hacerlo, pero no puede poner entre la espada y la pared al técnico nacional, no lo puede hacer porque de paso esto es hablar mal de sus compañeros, subestimarlos, pordebajearlos. ¿Quién se cree? ¿Messi? ¿Ronaldo? Las cosas se ganan y esto generará seguramente un cortocircuito con el seleccionador nacional. Queiroz no es el Bolillo, es un técnico serio, europeo, que no acepta presiones de nadie, ni siquiera de la estrella del equipo.
Esta exigencia explicaría porque al cucuteño sus técnicos terminan despreciándolo, sentándolo a pesar de su genialidad. Una pena que James siga perdido en su mente. Esas exigencias no se hacen entre profesionales, lo dejan muy mal parado. Con razón que en el 2015 se atrevió a pedirle a la directiva del Real Madrid ganar lo mismo que Ronaldo, con razón en el Bayern eligieron no comprar su pase, con razón es de los jugadores en el mundo que más se han depreciado.
El mal momento físico y mental de James es una tragedia nacional. Ojalá vuelva a encausarse y a ganarse su titularidad con goles, con buen fútbol y no por un pasado glorioso que parece cada vez más lejano. El antiguo James jamás diría esta tontería.
