La coyuntura del coronavirus que se presentó en marzo del 2020 trajo consigo un retraso de lo que venía siendo un momento de auge económico en el Cauca: innovaciones, oportunidades de empleabilidad, mejoramiento en vías terciarias, y apoyo al emprendimiento, arte y creación de empresa se fueron al traste. La expansión de las empresas existentes se vio afectada por el confinamiento obligatorio que decretó el gobierno de Iván Duque y la Gobernación del Cauca.
El empleo, las ventas, las construcciones y las exportaciones se vieron afectadas en gran parte porque el no circulamiento de mercado hace que pare un entorno, un país o el mundo, como se evidenció con la llegada de COVID-19; más en el Cauca, donde las políticas de los hospitales no son óptimas para atender este tipo de virus.
Esto conllevó a un déficit financiero que a corto y largo plazo perjudicó la innovación y las nuevas inversiones que se esperaba que llegaran al Cauca, pues en estos momentos es dudosa su aparición. Lo anterior afecta el crecimiento de la economía.
Ya para hablar de lo que venía siendo el crecimiento de la economía en el Cauca, apareció otra pandemia, llamada protestas, que se inició por una reforma fiscal que propuso Duque: es cruel pensar en implementar más impuestos a las clases bajas.
El gobierno no se percató de que esta iniciativa derivaría en el despertar de los colombianos cansados de la administración pública y la corrupción han sido pésimas para los habitantes de este país.
Ahora bien, ante este levantamiento de los colombianos y caucanos, arraigados por los indígenas, proponemos:
1. Vacunación.
2. Evitar nuevos cierres de la economía.
3. Acelerar el plan de inversión del gobierno.
4. Mantener los subsidios a las familias vulnerables y las empresas.
5. Diseñar programas para reactivar el empleo, en especial para mujeres.
