Carlos Antonio Vélez hizo una cruzada contra José Nestor Pekerman. No le gustó nada. Ni siquiera le dio tiempo de acomodarse cuando ya lo criticaba. Le dolía que le hubiera cerrado las puertas del camerino a sus micrófonos. Desde entonces nos vendió una idea que nunca fue: teníamos jugadores espectaculares y un técnico que no sabía explotarlos. En esa época, cuando arrancó el proceso, 2012, sólo había un jugador top en la selección, Radamel Falcao García quien era goleador de la UEFA con el Atlético de Madrid. Cuadrado era un pelado de 24 años que jugaba en la Fiorentina, James tenía 21 y aún estaba en el Porto. Esta generación maduró con el argentino.
En enero del 2014 Falcao se rompió los ligamentos. Más de ocho meses de recuperación. Quedó descartado para jugar el mundial. Pekerman, después de una espectacular eliminatoria, nos devolvía a una cita orbital luego de 14 años de ausencia. Fuimos tan buenos en la Eliminatoria que por primera vez la selección era cabeza de serie en un grupo de Mundial. Esa primera ronda fue un placer, 3-0 a Grecia, 2-1 a Costa de Marfil, 4-1 a Uruguay. Antes de este mundial Colombia sólo había ganado tres partidos. Hicimos historia.
En octavos le ganamos a Uruguay en una noche extraordinaria de James quien marcó uno de los mejores goles de todos los tiempos. A Vélez ganarle a un campeón del mundo le sonó a poco. Incluso dijo que James, quien por primera vez en la historia era un colombiano goleador de mundial, era un agrandado. Cuando perdió con Brasil en cuartos, Vélez afirmó que la selección le había ganado a puros equipitos.
En la eliminatoria a Rusia el camino fue más pedregoso pero clasificamos. Antes del mundial le ganamos a los que iban a ser los campeones del mundo, Francia, en París, 3-2. Avanzamos de ronda y nos tocó enfrentar a Inglaterra, la poderosísima Inglaterra. No pudo contra nosotros, 1-1. Perdimos por penales. Otra vez Velez dijo que había sido un fracaso y que Pekerman era un fiasco.
Hoy Inglaterra aplastó a Alemania y vemos que, dificilmente, comparando a la Copa América con la Euro, algún equipo de esta parte del mundo podrá disputarle un partido a los del viejo continente. La selección de Rueda es incapaz de ganarle a la suplencia de Venezuela. Jugamos feo, horrible. Sin embargo Carlos Antonio está feliz, logró sacar a su enemigo y eso es lo que importa.
Al sacar a Pekerman la selección perdió todo el brillo. Él era nuestra única identidad. Sin el argentino lo perdimos todo.
