República Dominicana trae buenos recuerdos para el venezolano José Francisco Arata y la actriz colombiana Ana María Trujillo. Allí se casaron en abril del 2015 y pasaron la luna de miel en la mansión de catorce habitaciones que tiene su familia en Punta Cana. Regresaron a la isla caribeña una vez Arata fue despedido de la Presidencia de la petrolera en agosto del 2015, echándose al bolsillo una indemnización de USD $8.3 millones por haber sido retirado del cargo después de nueve años de estar a la cabeza de la empresa canadiense venezolana. Esta vez el lugar de residencia sería una de las lujosas mansiones en Casa de Campo.
La propia Ana Maria Trujillo publicó en su cuenta Instagram su lujosa vivienda en la exclusivo campo de golf y playa dominicana
La historia de Francisco Arata en Pacific va de la mano del despegue inicial de la idea en 2007 cuando tuvieron la primera reunión los ex directivos de PDVSA que la fundaron. Ronald Patin, ex presidente de la petrolera venezolana fue quien tuvo la idea de iniciar exploraciones petroleras en Colombia, una vez Chávez tomó control de la compañía y contactó a Arata, un geólogo de la Universidad de Torino e Ingeniero de la Universidad Central de Venezuela, que había trabajado en el área de exploración y producción de Maraven, una empresa petrolera filial de Petróleos de Venezuela.
Su experticia estaba en la producción, refinación y comercialización de los derivados del petróleo y había sido víctima de las decisiones políticas de Hugo Chavez que llevaron a la liquidación de Maraven, fusionándola al área de petróleo y gas de PDVSA dejando a Arata sin puesto. Fueron cerca de 22.000 empleados de PDVSA los despedidos o que se retiraron voluntariamente con el Plan Colina por la Conquista de la petrolera por parte del chavismo. Una diáspora de técnicos venezolanos que están regados en el mundo.
Arata asistió a la primera reunión en Bogotá en la que se encontraron Patin y Miguel Ángel de la Campa. Los venezolanos, con una experiencia de más de treinta años, sabían que Colombia tenía una condición especial con campos petroleros maduros pero con una maquinaria y procesos de exploración obsoletos, con lo cual solo se requería de una buena financiación e innovación técnica. Fue entonces cuando apareció en el escenario el también venezolano economista financiero Serafino Iacono, experto en bancas de inversión para proyectos internacionales de extracción de recursos de minería e hidrocarburos. Buscaron entonces a la Bolsa de valores de Toronto. Ronald Pantin y Serafino Iacono tomaron el avión rumbo Canadá a buscar inversionistas que le apostaran a una empresa de exploración petrolera en Colombia. De la gestión resultó en el 2007 la creación de Pacific Stratus Energy.
Así comenzó una historia de éxito de diez años que vio la luz en el campo La Creciente, en Sucre, y que llegó a su cúspide con Campo Rubiales en el Meta, un campo subexplotado por Ecopetrol y cuyos derechos había cedido a Germán Efremovivh. Los venezolanos aprovecharon las políticas de Uribe, las nuevas leyes de hidrocarburos, la seguridad democrática, las facilidades para la inversión extranjera y una geología muy prometedora.
Todo fue bonanza que se reflejó en rodos de publicidad, muchas exposición social y gastos de sus equipos directivos. Fiestas, bautizos y los nuevos matrimonios con colombianas que dejaban atrás su pasado veneco marcaron durante años la agenda de la farándula colombiana. Franciso Areta conocio a la actriz cartagenera Ana María Trujillo quien también formaba parte del equipo de 1,2 y 3 en CMI bajo la dirección de Yamit Amat. El matrimonio se realizó por todo lo alto en Puntacana con Jorge Alfredo Vargas quien ofició como maestro de ceremonias. Para Ana María también era su segundo matrimonio; se había caso con Francisco Cardona, con quien tuvo dos hijas, Catalina y Julieta.
El matrimonio en Punta Cana fue el anticipo de su llegada a República Dominicana que se convertiría en su nueva patria
Desde el 2012 habían llegado las alertas de irregularidades en el manejo de la empresa producto de denuncias de contratistas y trabajadores que se quejaban de precarias condiciones laborales. Pero los campanazos no trascendieron. El desplome de la acción empezó solo en el 2015 cuando Francisco Arata ejercía aún como Presidente. Pero no fue esta la razón de su despido.
La puja por quedarse con Pacific entre los mexicanos del Grupo Alfa & Harbour Energy y los llamdos Bolichicos -un grupo de inversionistas venezolanos a la cabeza de Alejandro Betancourt cercano al chavismo que controla el 20% de las acciones de la empresa, terminó favoreciendo a Arata. Su condición de accionistas les permitió por un lado torpedear la venta a los mexicanos pero también pedir la cabeza de Arata para despejar su camino hacia el control total de Pacific. Y en efecto la Junta directiva concretó su salida a sabiendas del altísimo costo que debían pagar por su cabeza. Arata salio en plena crisis, no producto de la caída del precio internacional del petroleo, sino por las deudas acumuladas por equivocados negocios y malos manejos, en los que el Presidente de la compañía tuvo mucha responsabilidad.
El contrato laboral firmado por el venezolano nueve años atrás lleva amarrado un paracaídas dorado (Golden parachute) que preveía una valiosa indemnización en caso de ser despedido sin justa causa. Así las cosas Arata se llevó $8.5 millones de dólares.
Por cuenta de los Bolichicos que finalmente no lograron hacerse a Pacific, Arata inició una nueva vida de opulencia al lado de Ana María Trujillo en República Dominicana. La influencia de la colombiana en el mundo de la moda y el espectáculo los llevó a incursionar en el negocio de las boutiques exclusivas y están construyendo la marca Arata.
La pareja está empeñada en posicionar la marca Arata
En Colombia ha quedado la huella del paso del directivo venezolano en la industria petrolera cuando Pacific llegó a a producir el 25% del crudo colombiano que nutrió por cinco años el presupuesto nacional y una fundación Prestige Dental care en cabeza de su hija Keith Arata.
La suerte de los demás directivos de Pacific es parecida: Robert Patin adquirió la extravagante casa de Pablo Ardila en Bogotá en USD $ 4 millones y Serafino Iacono construyó una gran casa de campo en Subachoque, un hotel boutique en Cartagena y un restaurante en Bogotá, aunque mantienen también refugios en República Dominicana frente al mar Caribe.
Fotos: Instagram Ana María Trujillo (anamariatrujilloofficial - ink361.com)
Publicado originalmente el 25 de enero de 2016
