Las familia Vives y Dávila, ambas del Magdalena, protagonizaron unos de los casos más emblemáticos del escándalo de Agro Ingreso Seguro que condenó al exministro Andrés Felipe Arias, como responsable de la entrega irregular de subsidios agrícolas, a doce años de cárcel. Seis integrantes de la familia Vives Lacouture se beneficiaron con $5.400 millones de pesos del programa Agro Ingreso Seguro a través de sus empresas Mevicala, Inversiones Santa Inés, Agropecuaria Mavil, Inmobiliaria Kasuma, Vicala, Construmundo, Sovijila, Vibeych, Benavica Vizy y Sanvi. Cuando estalló el escándalo y llegaron los señalamientos de la Fiscalía, todos los miembros del clan familiar aceptaron las irregularidades y devolvieron el monto de los subsidios, a excepción de José Francisco e Inés, quienes recibieron $552 millones de pesos y $770 millones de pesos para sus fincas y empresas agrícolas Santa Inés y La Margarita, respectivamente. Desde su primera detención domiciliaria en el 2011, acusados de peculado por apropiación de terceros y falsedad en documento privado, decidieron dar la pelea en los estrados judiciales. Una pelea que perdieron este martes 24 de septiembre cuando la Corte Suprema de Justicia dejó en firme la condena de 12 años impuesta por el Tribunal Superior de Bogotá el 14 de diciembre del 2014.
A pesar de su situación judicial Inés Margarita Vives no perdió su entusiasmo frene a las fiestas caribes, incluido el Carnaval de Barranquilla del 2016.
Forman parte de una tradicional familia samaria cuyo abolengo español se remonta al Siglo XI, cuando el primero de sus antepasados, según recordaba el bisabuelo José Benito Vives de Andreis, luchó contra los moros al lado de Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador.
En el Siglo XX, los Vives fueron protagonistas en el desarrollo de Santa Marta. Construyeron los dos primeros edificios en la Bahía: el Riascos y el Hotel Miami. Dueños de grandes extensiones de tierra que la United Fruit Company dejó a la deriva después de su abrupta salida del país a comienzos de los años 30, fue su abuelo, José Benito Vives, mejor conocido como Pepe, quien llevó a la familia a tener un indiscutido poder político. Montó un banco, El Bananero, y fundó un periódico, El Informador, que era la verdad oficial de la ciudad desde los 40 hasta bien entrada la década del 70. Gracias a él se construyó el aeropuerto, el estadio Eduardo Santos y la Villa Olímpica arrancando los años 50. Su poder no sólo fue económico, reconocido como uno de los grandes líderes liberales, hombre de confianza de los presidentes Enrique Olaya Herrera y Eduardo Santos, fue gobernador del Magdalena en una época donde ese departamento cubría buena parte de lo que se conocería años después como el Cesar. Con Pepe Vives arrancó una dinastía de políticos que han estado enredados en diferentes escándalos.
Cuando Ignacio –Nacho- Vives, su sobrino, llegó a la Alcaldía de Santa Marta, en los años 70, el municipio tenía una nómina de 280 empleados y un año después la había disparado a 1.000. Incrementó el déficit de tesorería a $2.000 millones de pesos de la época, una vez se posesionó fue demandado por falsedad de documentos y destituido de su cargo.
La siguiente generación de Vives logró tanto poder regional como cuestionamientos por sus actuaciones públicas. Juan Carlos Vives Menotti, quien fuera diputado, gobernador del Magdalena, congresista y viceministro del Interior del primer mandato de Uribe, dejó una estela de dudas, especialmente en su paso por la Dirección de Estupefacientes, entre el 2004 y el 27 de julio del 2006, cuando renunció por un escándalo que lo relacionaba con un crédito que la entidad le otorgó a los Nule.
La rama de los Vives Lacouture ha protagonizado enredos con la justicia mayúsculos. Luis Eduardo Vives Lacouture fue condenado a ocho años de cárcel después de que la Corte Suprema de Justicia comprobara la relación del excongresista con el comandante del Bloque Tayrona de las Autodefensas Unidas de Colombia Hernán Giraldo. Nelson Vives Lacouture fue encarcelado después de que la justicia probara su participación en el saqueo del Seguro Social del Magdalena, responsable de un desfalco cercano a los $ 9.000 millones.
A pesar de su tradición en el Partido Liberal, los hermanos Inés Margarita y José Francisco se vincularon activamente a la campaña presidencial Primero Colombia de Álvaro Uribe. Como muchos agricultores de la costa Atlántica que ayudaron en la llegada de Uribe a la presidencia, terminaron beneficiados con los subsidios de Agro Ingreso Seguros otorgados por el Ministerio de Agricultura en cabeza de Andrés Felipe Arias, que alcanzaron la suma de $245 mil millones de pesos. Y en algunos casos, como el de los hermanos Vives, de manera ilegal, dividiendo predios para lograr mayores montos. La justicia los encontró culpables del delito de peculado por apropiación y fueron condenados en abril del 2016 a doce años de prisión.
Los hermanos Vives Lacouture se tomaron con ligereza la sanción judicial y en más de una ocasión se burlaron de la detención domiciliaria, como ocurrió el 17 de octubre del 2017 cuando Inés Margarita fue detenida en un retén de la policía en el barrio El Rodadero de Santa Marta. José Francisco, quien pagaba desde el 2011 casa por cárcel, era visto con frecuencia en eventos sociales.
El grupo familiar de los Vives Lacouture se llevó sin duda una buena tajada de subsidios de Agro Ingreso Seguro: Roberto Eusebio Vives consiguió $920 millones de pesos, María Teresa $348 millones de pesos, Patricia $465 millones de pesos, Álvaro Luis $419 millones de pesos, Eduardo $429 millones de pesos y hasta la esposa de Juan Vives Lacouture, Silvia Rosa Campo Vives obtuvo un subsidio por $438 millones de pesos. Igual que en las buenas, también en las malas actuaron como clan familiar y para ser desvinculados de la investigación de la Fiscalía devolvieron $4.500 millones de pesos. A Inés Margarita y José Francisco les correspondía una suma superior a los mil millones de pesos que rehusaron pagar para jugársela jugárselas en los estrados judiciales e intentar probar su inocencia. Sin embargo, después de ocho años de litigio legal, la Corte Suprema de Justicia, en la etapa de cierre, confirmó la decisión judicial que los condenó a doce años de prisión, un golpe para el clan familiar de los Vives Lacouture que empieza a marchitarse y una derrota definitiva para los hermanos Inés Margarita y José Francisco.
