Cuando los españoles llegaron al hoy Valle de México en 1519 encontraron una impresionante ciudad en un islote en medio de uno de los cinco lagos, llamado Texcoco, de un sistema hidrográfico en medio del accidente geográfico. La urbe se llamaba Tenochtitlan y tenía, además de unos 300.000 habitantes de la etnia mexica o azteca, palacios, viviendas y calzadas que conectaban al terreno insular con las riberas del lago y con poblaciones como lo eran Tepeyacac, Tlacopan, Nonoalco e Ixtapalapa; hoy colonias (barrios) de la actual Ciudad de México.
Esas calzadas hacían las veces de diques que separaban las aguas del lago, de acuerdo con su salinidad, y evitaban que los islotes se inundaran. Otro terreno insular muy cerca de Tenochtitlan, pero mucho más pequeño, era Tlatelolco. Hoy en día esas calzadas son avenidas y ejes viales que atraviesan al hasta hace tres años conocido Distrito Federal. Ahora se llama solamente Ciudad de México, CDMX, y tiene las facultades políticas de uno de los 32 estados del país. Pero esa es otra historia.
Para lograr aislar la ciudad y posteriormente someterla los españoles, al mando de Hernán Cortés, se tomaron las calzadas en 1521 y las destruyeron, lo que provocó inundaciones y miles de muertes durante los siguientes siglos hasta el XIX. Para evitar todos estos problemas los lagos se comenzaron a desecar desde la época de la Colonia, la cual comienza ese mismo año del siglo XVI cuando se produce la caída de Tenochtitlan.
La ciudad creció fuera de los límites del islote original y se fue estableciendo en los nuevos terrenos del desecado lago Texcoco, llegando hasta otros pueblos que antiguamente estaban a las riberas del cuerpo de agua, como lo son Atzacoalco, Tenayuca, Azcapotzalco, Chapultepec, Mixcoac, Coyoacán y Xochimilco; y a otros en las faldas y subiendo a las montañas que rodean el hoy Valle de México, como Tizapan y Tacuba.
Hoy el área metropolitana Ciudad de México es la urbe más grande del continente americano y de los países de habla española, con unos 22 millones de habitantes. Después de Estados Unidos, México es el segundo país más turístico en América y uno de los más visitados en el orbe, según la Organización Mundial de Turismo de las Naciones Unidas, y su capital posee el segundo mayor número de museos del planeta, más de 150, después de Londres. Su sistema vial de avenidas es muy amplio, comparado con otras ciudades latinoamericanas, para más de 8 millones de automóviles, sin contar el servicio público de buses (conocidos como camiones), colectivos (micros o peceras) y taxis. Posee un sistema de metro con casi 50 años de operación con 12 líneas, en su mayoría subterráneas y un sistema de autobuses de tránsito rápido, conocido como Metrobús, con 7 líneas.
A parte de su tamaño físico y demográfico, y de ser el centro político, económico, financiero, mediático y cultural de la República mexicana; la Ciudad de México es uno de los centro deportivos más importantes del continente, ha organizado y realizado unos juegos olímpicos en 1968 y ha sido la sede principal de dos mundiales de fútbol en 1970 y 1986. Es considerada la meca del entretenimiento latinoamericano, desde donde opera Televisa, el conglomerado de comunicaciones en español más grande del mundo.
La grandeza, en todos los sentidos, de la Ciudad de México no se ha visto mermada por los constantes de temblores y hasta terremotos ocasionados por su situación geográfica y geológica, siendo los más relevantes, o por lo menos los más conocidos, los dos del siglo pasado en 1957 y 1985, y, el más reciente, el de 2017. El movimiento telúrico de mediados de los años 80 del siglo pasado dejó más de 40 mil muertos.
A parte de este flagelo y de la congestión del tráfico vehicular típica de las grandes ciudades del mundo, uno de los grandes problemas de la ciudad es la contaminación ambiental o smog, el cual es uno de los más altos del planeta. Es visible y se puede detectar con solamente mirar el cielo durante el día. A pesar de que las autoridades han trabajado en esto con campañas como la de la reducción de la circulación de automotores, los índices de contaminación a veces se disparan y se sienten en el ambiente.
Todo esto ha sucedido en los últimos casi siete siglos desde la fundación de Tenochtitlan, la cual se calcula fue en 1325, al día de hoy. Tiempo que es la edad aproximada de la Ciudad de México, que comenzó, de acuerdo con la leyenda mexica, con el asentamiento de este pueblo en el islote en el lago, donde un águila sobre un nopal estaba devorando a una serpiente, como aparece en el parte blanca y central de la bandera de la República de México.
Desde ese momento y gracias a los avances de los aztecas, y hasta a su imperialismo, nació una de las ciudades más grandes e importantes del mundo, con una riqueza natural y cultural abundante, que es referente de una de las civilizaciones más interesantes que se ha dado en la historia de la humanidad. Quién iba a pensar que el asentamiento en un islote y sus primeras construcciones darían paso a una urbe como la la Ciudad de México. Una ciudad que todo el mundo, por lo menos los latinoamericanos, debe conocer como ejemplo de empoderamiento y orgullo de sus orígenes y su condición.