El 27 de septiembre de 2024, Popayán fue testigo de un hecho sin precedentes que quedará en la memoria de todos los caucanos. Más de 40,000 mil personas se unieron en una sola voz de fe y esperanza, por un departamento sin violencia, provenientes de diferentes municipios del departamento caminaron juntas en una movilización que expresó el profundo anhelo de paz en una región golpeada por la violencia durante décadas. Bajo el lema de la Gran Caminata por la Paz, las calles de la capital caucana se llenaron de esperanza, unidad y una exigencia común: el fin de la guerra y el respeto por la vida.
Desde temprano, se vieron desfilar a hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, campesinos, líderes sociales, representantes de sectores religiosos, étnicos y políticos, todos levantando la bandera de la paz. Este día, declarado como cívico por la Gobernación del Cauca, permitió que la movilización se convirtiera en un acto masivo y contundente, evidenciando que, más allá de las diferencias, el departamento comparte un objetivo común: vivir en paz.
Los caucanos han sido testigos y víctimas de un conflicto que ha marcado a generaciones, dejando cicatrices profundas en sus territorios. Desde los desplazamientos forzados hasta los retenes ilegales, la violencia ha sido una sombra que parece no alejarse. Sin embargo, la caminata de hoy demuestra que el cansancio frente a la guerra ha dado paso a una fuerza renovada que exige soluciones. Las palabras del gobernador Octavio Guzmán reflejaron el sentimiento colectivo: “Hoy, por las calles de Popayán, se han volcado los diferentes sectores sociales, religiosos, políticos, étnicos, todos con un propósito que es la paz en nuestros territorios”.
El clamor por la paz no se detuvo en palabras. Durante el recorrido y en el acto cultural en el Parque Caldas, la música, el teatro y las oraciones se unieron para expresar el deseo compartido de reconciliación y esperanza. Desde cada rincón del departamento llegaron mensajes de apoyo, voces que exigen, una vez más, el cese de la violencia que ha cobrado la vida de tantas personas inocentes.
La caminata de hoy es un recordatorio poderoso de que la paz no es responsabilidad de un solo sector, ni puede ser una aspiración solitaria. Como señaló el arzobispo de Popayán, monseñor Ómar Alberto Sánchez: “La sociedad civil debe estar unida para ser un interlocutor legítimo en la búsqueda de soluciones al conflicto”. Este es un llamado para todos los ciudadanos, las autoridades y los grupos armados a reconocer que el futuro del Cauca depende de la unidad y el compromiso con la vida y la dignidad humana.
El departamento del Cauca merece vivir en paz. La movilización de hoy es una muestra de que el anhelo de reconciliación sigue vivo, más fuerte que nunca. La multitudinaria marcha por la paz deja un mensaje claro: los caucanos no se rendirán ante la violencia, y seguirán exigiendo el respeto por sus vidas y territorios.
Las calles de Popayán se inundaron de una alegría desbordante, con jóvenes, adultos, ancianos, negros, indígenas, estudiantes, hombres y mujeres de todos los estratos sociales, unidos bajo un mismo símbolo: el blanco de la paz. Con una fuerza arrolladora, marcharon de la mano, mostrando que el Cauca tiene un sueño colectivo: vivir en paz. Este anhelo compartido es el que, con la dirigencia del gobernador Octavio Guzmán, será trabajado con empeño en cada uno de los 42 municipios que conforman la territorialidad caucana. La paz, más que una esperanza, es una decisión de todos.