Foto cortesía Mauricio Henríquez
El pasado 11 de marzo en Santa Marta se le realizó un homenaje, como debe ser en vida, a la humorista Fabiola Posada muy conocida como “La gorda Fabiola”, evento organizado por El club 100 años de vida saludable que posee más de 400 miembros activos en pro de orientar y combatir la batalla contra la obesidad catalogada como la pandemia del siglo XXI, tarea impulsada sin ánimo de lucro y con las uñas por el especialista en el tema Jorge Agudelo Moreno quien a través de su 4º libro titulado "Soy capaz de derrotar la obesidad, la pandemia del siglo XXI", relata con cifras y de una forma muy didáctica el gran peligro que representa la obesidad y sus mortales enfermedades.
“La gorda Fabiola” es una de las pocas personas que ha sabido sacarle un poco de humor a su sobrepeso, pero eso no fue suficiente para combatir los quebrantos de salud que le ha provocado la obesidad y consecuencias de ello, como se relata en las páginas del libro, desde hace más de 5 años viene librando junto con su familia una lucha incansable contra la diabetes, donde depende al día de más de 12 pastillas. El pasado 3 de noviembre del 2.014 salió airosa de una cirugía de corazón abierto, y 8 días después, el 11 de noviembre, de una intervención contra una úlcera que le provocó una hemorragia interna y luego más por salud que por procedimiento estético se sometió a un Bypass Gástrico que la llevó a perder 45 kilos de sus 135 con que pensaba era feliz como la simpática comediante que hacía reír donde hoy reconoce que la obesidad no es un chiste, y mucho menos una situación que no da risa en materia de salud.
La diferencia de comer para vivir y no vivir para comer puede radicar en la educación, porque como lo asegura el autor del libro, Jorge Agudelo, nadie previene lo que no conoce y mucho más cuando los gobiernos se inclinan del lado de las multinacionales de alimentos para no adelantar campañas de prevención y manejos de estilos de vida saludable para orientar a una población acéfala en el tema que cada día crece y cae en las garras cruel del sobrepeso, de la baja autoestima pero sobre todo, de la pésima atención de los servicios de salud que son un negocio para las EPS.
De acuerdo con la última declaración de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del pasado 19 de enero del 2.015, sobre la situación mundial de las Enfermedades No Transmisibles 2.014, la obesidad es la Pandemia que a través de sus enfermedades conexas está causando la muerte de 38 millones de seres humanos al año, casi el 70% de las muertes en el planeta, es decir, 7 de cada 10, lo que indica, en primer lugar, que el perfil epidemiológico en el mundo ha variado: la mayoría de las personas ya no mueren por enfermedades infecciosas sino por las llamadas Enfermedades No Transmisibles (entre las cuales están las cardiovasculares, la diabetes, el cáncer y las enfermedades respiratorias crónicas); En segundo lugar, que estas enfermedades se desarrollan por la mala nutrición y el sedentarismo, y en tercer lugar, que es lo más importante, que estas enfermedades son prevenibles, es decir, que se pueden evitar a través de la adopción de hábitos de vida saludables, como es el consumo de alimentación balanceada, la práctica permanente de ejercicios físicos, temas tratados en el libro, dedicado a esa gran humorista nacional, que se encuentra organizado en cuatro capítulos: La obesidad: La pandemia del siglo XXI, El Club 100 años de vida: Un Paradigma para la salud, El manejo de estilo de vida y trabajo saludables y La cultura de la prevención.
La obesidad es un negocio “subido” de peso que lejos de implementar medidas que incidan en mejores prácticas alimentarias y en reducirla, para los gobiernos éstas se convierten en una fuente de ganancia ya que hacen campañas, pero es un negocio para las grandes compañías que producen obesidad y para los gobiernos que ganan con impuestos y el Estado no asume un papel serio acerca de esta problemática. Muestra de ello es el costo elevado de atención a enfermedades causadas por la obesidad que como la diabetes e hipertensión continúan al alza. En realidad ganan más por la recaudación de impuestos, que lo que invierte en atención médica.
Las autoridades gubernamentales antes de instrumentar alguna política pública sobre la alimentación, deben establecer un diagnóstico de la situación por regiones por medio de un equipo multidisciplinario, que, según los especialistas, es la única forma para analizar el problema. Porque las políticas públicas pueden ser modificadas por las personas que hacen ciencia, y para ello tendrían que elaborar un diagnóstico, lo que llevaría a un foro nacional con las características de las regiones, para asumir decisiones de acuerdo con cada una de éstas. Ya que la alimentación, la actividad física, la tradición cultural son situaciones que se deben analizar ya que las rutinas alimentarias de cada región es pilar fundamental para determinar un modelo de prevención.
Si Colombia no toma decisiones podrá seguir los pasos de México, el país con el mayor número de obesos del mundo, esta fue una de las principales conclusiones del IX Congreso Colombiano de Obesidad, que se realizó en el 2013 en Bogotá por un grupo de expertos internacionales dedicados a este tema, donde se recomendó regular la publicidad de bebidas y alimentos ultraprocesados (comida en paquetes, gaseosas). Disminuir los tamaños de porción en restaurantes y expendios de alimentos preparados e industrializados. Nada de esto se ha aplicado y por el contrario el expendio de comidas chatarra y de bebidas azucaradas continúan invadiendo los hogares silenciosamente como un gran enemigo que abraza y alimenta a una generación de niños que padecerán en un futuro las consecuencias de los malos hábitos alimenticios.
En México parte de sus adultos superan los límites del sobrepeso (un 32.8%), por encima incluso de Estados Unidos (con el 31,8% de su población). En Colombia la realidad no es menos dramática: “uno de cada dos colombianos tienen su peso por encima de lo normal”, advertencia que hace el médico endocrinólogo Iván Darío Escobar, presidente de la Fundación Colombiana de Obesidad (Funcobes), donde según la última Encuesta Nacional de Nutrición de Colombia (ENSIN 2010) el exceso de peso es mayor en las mujeres que en los hombres (55,2% frente a 45,6%) y la mayor prevalencia de exceso de peso se presenta en el área urbana (52,5%).
La problemática de la obesidad es una situación muy compleja de combatir ya que incide en hábitos culturales y de alimentación, donde se come a ciegas por la poca importancia que este tema tiene para gobiernos locales y nacionales, sumado a ello la falta de voluntad de la población por reconocer la mala nutrición y como broche la publicidad sugestiva que nos invade con la desinformación, lo que lleva a que si no controlamos nuestra boca podemos caer en una de las enfermedades de gran peso de ganancia para los gobiernos, las multinacionales de los alimentos, las clínicas estéticas y en el peor de los casos los fondos mortuorios.
Lo que sí debe quedar claro y atrás es aquella vieja teoría en la que se pensaba que ser gordo era muestra de “buena vida y confort” y tener un hijo menor de 10 años obeso era sinónimo de salud y nutrición, una creencia urbana que debe empezar a cambiar tomando como ejemplo los testimonios de los que la han padecido en donde “la gordita Fabiola” es una de ellas que milagrosamente sigue con nosotros combatiendo ahora más que nunca, una enfermedad que siempre desestimó, como es la obesidad.
Puedes ver más sobre el evento, chistes, la canción de las gordas escribiendo homenaje a “La gorda Fabiola” en Youtube
