Se conocía como David Murcia el dueño de DMG, pero su nombre de pila era David Eduardo Helmut Murcia Guzmán. Nacido en Ubaté, en la Hormiga, Putumayo encontró su camino que empezó pagando $ 15 mil por una noche de hotel y las ganancias que le dejaba la venta de productos naturales le daban solo para una bolsa de leche y un bocadillo para pasar al día. En solo cinco todo fue distinto. Contaba con 300 bienes entre Panamá y Colombia, una de sus 30 empresas captadoras de dinero había alcanzado los $72 mil millones y pagaba por una noche de hotel $US 50 mil dólares; manejaba un canal de tv, dos Lamborghini, dos Ferrari, seis Maseratti y se había propuesto erradicar el hambre en Colombia.
La gente le creía a Murcia. Era el hombre que iba a volver a todos los colombianos millonarios. En su Facebook, que en el 2008 llegó a tener 100 mil seguidores, tenía esta oración: Crean en ustedes mismos, en Dios, en DMG y en David Murcia Guzmán. Su poder era tal que, cuando la Superintendencia bancaria lo reprendió por primera vez movilizó a dos mil personas a una marcha que los llevó hasta la Plaza de Bolívar mientras gritaban el coro "¡Dejen trabajar!" Había ideado el plan de ser, en las elecciones del 2014, el Presidente de Colombia.
A Murcia siempre le gustaron las cámaras. Había sido, a finales de los noventa, extra en varias novelas de Colombia de Televisión y Telecine. En el 2.000, cuando se fue a vivir a Santa Marta, creó su canal de televisión que bautizó, fiel a su credo narcisista, DMG. Un año duró ese sueño antes de reventarse. Tenía 25 años y la convicción de que estaba destinado a salir del hueco donde había nacido en Ubaté, que a punta de trabajo y viveza iba a gambetear la pobreza que lo acompañó en su adolescencia en Cúcuta, Santa Marta y después en la Hormiga Putumayo, a donde llegó con un millón de pesos que le habían prestado en Bogotá y con el que puso un negocio de venta de productos naturales. Ayudado por su cuñado y amigo de infancia, William Suárez, expandieron el negocio a todas partes del Putumayo y al Huila. Ambos lo tenían claro: no iban a vender alimentos el resto de su vida. Consiguieron un préstamo de 100 millones de pesos y crearon la captadora de dinero más próspera en la historia de Colombia.
Fueron cientos los pequeños ahorradores que cayeron en la tentación de su propuesta de invertir más de $ 100 mil para obtener en noventa días ganancias superiores al 150%. La primera oficina la montaron en el barrio Galerías de Bogotá, pero DMG le apuntaba a regiones apartadas como Tumaco, Buenaventura o Montería. En un año David Murcia y su socio se volvieron millonarios. En Putumayo los dueños de fincas se quejaban de que ya no encontraban mano de obra para que cultivaran la tierra o cuidaran las vacas. Entre 2006 y 2008 se les hizo realidad a más de 5.000 colombianos de independizarse económicamente.
Todo era un espejismo: David Murcia creó su pirámide jugando con el dinero de 350 mil personas que confiaron en él y con dinero de origen ilegal como el de los paramilitares de Macaco.
En julio del 2006 Murcia Guzmán alquiló un apartamento en la lujosa torres dos del PH Miramar Plaza en plena avenida Balboa, justo al lado de un edificio que construía Donald Trump en Panamá. El arriendo superaba los US$ 9 mil dólares. En ese país tenía dos locales en la capital, uno en Chitré y cuatro en Colón. El nombre con el que operaban era el de Comercializadora Virtual S.A. Murcia soñaba en grande. Quería que su empresa anduviera sola para poder dedicarse a al cine y la política. Soñó con tener una productora, con meter el suficiente capital para poner a pelear su canal con TNT o Univisión.
El castillo se vino abajo en un instante, el 18 de noviembre del 2008 con una orden de captura. Un juez de Control de Garantías pedía su detención por lavado de activos, concierto para delinquir y otros cinco delitos a David Murcia, su esposa Giovanna Ibeth León, su madre Amparo Guzmán de Murcia, su cuñado William Suárez, el productor de Televisión Daniel Ángel Rueda; Margarita Pabón y Marco Antonio Bastidas. A Murcia Guzmán la noticia lo cogió en un hotel de US$ 400 en Playa Bonita en Panamá. Uno de los doce guardaespaldas que lo acompañaban le avisó que la Interpol ya iba por él. Tomaron tres autos con el firme propósito de cruzar la frontera hasta Costa Rica. No consiguieron el objetivo. Cuando lo detuvieron tenía dentro del automóvil tenía US$ 250 mil dólares.
Seis meses después David Murcia estaba encerrado en una celda de tres metros cuadrados en la Cárcel de Cómbita. El único lujo que tenía un baño individual. El 5 de enero del 2010 fue extraditado a los Estados Unidos acusado de lavar US$ 2 millones desde México, condenado a ocho años de cárcel en La Florida y a pagar una multa de US$12 millones
Esta listo a regresar a Colombia el próximo noviembre por pena cumplida en norteamericana pero no a disfrutar de la libertad sino a completar otros 22 años de prisión en alguna cárcel colombiana. Los días de gloria y riqueza forman parte de un pasado que lo volvieron mito por dos años.
Actualización 2023-03-28: Según documento allegado a Las2orillas.co por parte de la señora Margarita Leonor Pabón Castro, el 19 de abril de 2022, el Juzgado Dieciséis de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad tomó la decisión de la Extinción de la condena y liberación definitiva de la señora Pabón Castro en lo que corresponde con el delito de Concierto para delinquir. Ver documento adjunto acá (PDF)