Tengo que confesar que la exposición de Omar Rayo no me interesaba, pero me sorprendió el comienzo de su obra. El título no corresponde a su propuesta estática: Geometría Vibrante. La cual comenzó el 2 de diciembre de 2015 y se cierra 17 de febrero de 2016. La selección cuenta con 60 pinturas y grabados del artista vallecaucano.
Esta exposición muestra los distintos momentos en la carrera de Rayo y el proceso que lo condujo a crear el estilo propio que caracteriza su producción artística. Lástima que mucho sea la repetición de la repetición.
De la muestra sorprende con una selección de la serie Vía Sur, inspirada en ciudades como Lima, Montevideo y Buenos Aires. En Uruguay encontró a Joaquín Torres García, el pintor filosofo que creó la Escuela del Sur. Es un maravilloso comienzo de obras que se caracterizan por composiciones geométricas, el uso de pocos colores y la simplicidad de sus formas, la abstracción geométrica en los años cincuenta.
El segundo grupo lo constituyen los Intaglios, grabados en papel, sin color, con impresiones en relieve de objetos cotidianos. Estas obras fueron desarrolladas principalmente en los años sesenta en México y Nueva York. Y las repitió siempre.
La siguiente sección son obras de la serie Sin sombra, piezas abstractas, resueltas con colores planos y en composiciones asimétricas. Acá encuentra que el tamaño del bastidor le sirve para componer la misma cosa de manera diferente.
Obviamente, la cuarta sección la conforman los Lienzos irregulares. Estas obras, se caracterizan por las formas irregulares y tridimensionales que lograba al realizar ensamblaje de lienzos. No avanza en la creación sino que juega con las formas y tamaños de los lienzos.
Finalmente vienen las Pinturas con sombreados Que son igual a lo mismo: representaciones de bandas y cintas, que parecen plegadas y entrelazadas. Y las sombras les dan la impresión de profundidad.