María Fernanda Cardoso es una artista que realmente, tiene presencia internacional: en estos días expone en Sydney, Australia, donde vive y trabaja. Y nada menos porque está participando en el Redlands Konica Minolta Art Prize 2015, seleccionada por el curador Tim Johnson junto a 21 de los artistas contemporáneos más respetados de Australia, con su obra Male and Female Spiders Maratus splendens — Unrecognised Artists (2015). Los trabajos, que compiten por un premio de 25.000 dólares australianos, se exhiben en la National Art School Gallery en Sydney del 26 de marzo al 23 de mayo. Su mundo es un trabajo auténtico, temático, sistemático y original dentro del mundo de la imaginación creadora que parte de la taxonomia. No hay duda que cualquier escenario es propicio para sus trabajos que trasciende fronteras sin precedentes. Ella se ha ido especializando en los límites de la vida y la muerte.
Male and Female Spiders Maratus splendens — Unrecognised Artists (2015)
Hoy nos interesa María Fernanda Cardoso. Mujer genial que nació en Bogotá en 1963. Estudió en la Universidad de los Andes, emigró a los Estados Unidos y vive feliz con su familia en Sidney, Australia.
Ella como investigadora científica siguió de cerca no solo el comportamiento del animal sino que continuó después con la interpretación del acto reproductivo con su serie reciente que tituló Órganos Copulatorios que se entiende bajo la sigla Moco.
En el Circo de Pulgas, la artista es una real domadora de animales a quienes les que conoce sus habilidades y corrige sus debilidades con pequeños instrumentos que ayudan a la representación de estos actores en miniatura. Allí tuvo todo un elenco representativo del universo circense: la pulga bala que salía de un cañón diminuto y saltaba mil veces más que lo que ella sola podía lograr, estaba la bailarina que, vestida con el rigor de sombrilla del tutú baila, la trapecista que camina sobre un hilo o el hombre —perdón, la pulga— que camina hasta llegar a la cima del monte Everest. Este andamiaje que, significó también un estudio dispendioso de la historia de los circos o que atravesó dos perspectivas muy diversas a la forma de observar: el mundo del micro al mundo macro del espectáculo con que lo realizó con el video artista Ross Rudeshef, María Fernanda Cardoso cambió la perspectiva de lo normal porque convirtió en videos proyectados en gran escala sus imágenes en miniatura.
Esa fue una época muy interesante de su historia creativa, que comenzó con una investigación en la década de los ochenta donde estudió e interpretó las raíces de América y su coyuntura fatalista del imperio colonialista. Trabajó con mundos orgánicos como el símbolo del maíz sembrado en medias de nylon o, la interpretación de los pisos coloniales donde los españoles utilizaban huesos de animales para rellenar los huecos que unía las piedras y, que ella en su ironía llamó “Mármol americano”.
Su primer premio fue en la segunda Bienal de Arte en el Mambo donde muy tempranamente comenzó con el propósito de encontrarle movimiento a la repetición de formas animales disecadas. Buscó encontrarle una geometría rigurosa a una corona de lagartijas que fue la primera historia de muchas otras donde buscaba condensar la linealidad de la morfología en situaciones exactas siempre circulares. Ella ordena lo imposible: cadenas de abejas, enormes círculos de sapos, calidoscopios con alas de mariposa, círculos exactos y ópticos de lenguas del mismo animal.
En Australia su interés por el mundo marino le ha cambiado rumbo. Le interesa la geometría de las constelaciones de las estrellas de mar o los círculos perfectos de la geometría de los caballos de agua salada.
Nadie interfiere con la naturaleza viva. Todo, ya muerto y disecado, es la historia de la prolongación inerte de la vida. Ahora, realiza una investigación muy bella sobre la estructura de las flores y su función sexual que sigue la clasificación del precursor de la taxonomía Karl Linnaus.