La acción devastadora de la COVID-19 dejó sin discurso al presidente Duque, que se anticipó a decir que Colombia era uno de los países mejor preparados en la región para enfrentar la pandemia. También, a algunos despistados mandatarios locales, que empezaron a sacar pecho porque internacionalmente les estaban reconociendo el éxito en su combate al coronavirus.
Así pues, se ha puesto en evidencia la incapacidad del gobierno en todos sus niveles con la falta de una estrategia encaminada a brindar una seguridad integral.
En primer lugar, a la primera línea de combate a la pandemia, que son los trabajadores de la salud. Cuando digo que una seguridad integral, me refiero a la situación laboral, a su remuneración y a todos los elementos necesarios para la protección de sus vidas. ¡Qué después de cinco meses de la emergencia tenga que salir la Procuraduría General de la Nación a emprender acciones judiciales, buscando protección para el personal de la salud, es el mayor fracaso del gobierno!
En segundo lugar, tenía que poner bajo control todo el sistema de salud, tanto público como privado, y no lo ha hecho y no la va hacer. Las EPS en Colombia son tan peligrosas como el COVID-19, a tal punto que el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, tuvo que salir a denunciar públicamente a estas irresponsables entidades, causantes de tantas muertes en nuestro país.
La emergencia que estamos viviendo, como consecuencia de la poca atención que les están prestando a las personas que están resultando infectadas y la acción criminal de los directivos de las EPS, no cobra vidas solamente en Cali, sino en todo el país, además deja sin efecto las medidas del gobierno y su propaganda de "quédate en casa".
Ahora bien, son muchas las denuncias que a lo largo y ancho del país se están haciendo contra las EPS, pero en este caso voy publicar tres que me han llamado mucho la atención:
1. Se trata de un paciente en Medellín que estaba hospitalizado y lo mandaron para la casa sin que terminara el tratamiento. Estando en la vivienda se agravó y sus familiares en su desespero lo llevaron a la Unidad Intermedia del barrio 12 de Octubre de Metrosalud. Sin embargo, no alcanzó asistencia médica porque llegó muerto. Esta irresponsabilidad de la EPS hoy tiene en cuarentena a médicos y trabajadores auxiliares que le prestaron atención sin saber que tenía coronavirus.
2. No menos dramático que el caso anterior es el de Adriana, una usuaria de Coomeva, que como no recibió atención médica oportuna, no obstante manifestar a la EPS que tenía los síntomas del COVID-19, no le brindaron atención médica y desesperada con su enfermedad tomó transporte público para trasladarse uno de los pocos centros de atención que tiene dicha EPS en Medellín. ¿Cuántas personas se pudieron contagiar o estuvieron en peligro de adquirir el contagio por la irresponsabilidad de Coomeva? De nada vale la propaganda oficial si los contagiados se ven obligados a contagiar a otras persona, buscando salvar su vida.
3. También he recibido queja de que en la Unidad Intermedia de Castilla de Metrosalud han permanecido hospitalizados los pacientes por varios días sin recibir ningún tratamiento, porque no disponen de los elementos necesarios para brindarles atención oportuna.
Antes este panorama se hace necesaria una revisión a todas las mentiras que han salido del gobierno central, cuando sin ningún pudor argumenta que se ha invertido 113 billones de pesos en la pandemia y expertos y conocedores del tema le demostraron que escasamente se han podido contar 5.3 billones; lo que es una infamia, si ya los muertos pasan de 8.269 y los casos activos son 112.371, cifras que todavía distan mucho de la realidad. Mientras tanto el presidente Duque continúa con su espacio mediático de farsas compulsivas.