Rodeada de miles de personas María Corina Machado se encarama en una tarima improvisada o en lo alto de un automóvil de su campaña, mientras padres emocionados levantan los bebés para entregárselos a la líder que tiene en sus manos un futuro para Venezuela. Ella, con el brazo en alto, es la imagen caribeña de La Libertad guiando al pueblo —que inmortalizó Delacroix— con yines y camiseta blanca en la mitad de la Venezuela profunda.
Machado, llamada “la dama de hierro” por su postura radical contra Nicolás Maduro, dejó la campaña de salón, de foros y escritorios, para volcarse al encuentro con los electores y endosarlos al candidato de la oposición unificada, Edmundo González Urrutia, movilizando decenas de miles de venezolanos en las marchas de un movimiento popular, como no se había visto en dos décadas.
Cori, la llaman sus colaboradores, ha ido a las poblaciones de antiguas provincias como La Portuguesa, o el estado de Trujillo, que fueron de mayoría chavista y ha comprobado que el fenómeno político que encabeza ha surgido en las tierras más golpeadas del país, y después se ha regado hasta las barridas de las grandes ciudades y Caracas.
Nunca ha vibrado con tanto orgullo nuestra Alma Llanera!!!
— María Corina Machado (@MariaCorinaYA) June 23, 2024
Guárico y Cojedes se desbordaron en las carreteras con una emoción tan profunda, como nunca antes se había visto en estas tierras.
La Venezuela noble, laboriosa y recia se levantó decidida a hacer valer su decisión el… pic.twitter.com/zF1ibxrUVv
María Corina es hoy es la que pone las primeras jugadas en el tablero electoral. Hace un año el panorama era muy diferente. Había sido inhabilitada por el gobierno de Maduro, aun así fue a las elecciones de la oposición y obtuvo el 93 % de los sufragios, su intención de voto superaba el 60 %. Entonces, tuvo que tomar las decisiones más difíciles de un político, cuando no pudo inscribir su nombre en la contienda electoral. Le apostó a Corina Yoris como sustituta, una mujer sin raigambre en la política, pero sí en las letras, miembro de la Academia de la Lengua, filósofa, quien tampoco pudo inscribirse.
Machado no tiró la toalla. Y en el último minuto pudo llevar al tarjetón un candidato de unión de la oposición, tras el retiro de Manuel Rosales. Edmundo González Urrutia, diplomático de carrera con la serenidad que ameritan las aguas revueltas, fue el elegido y se convirtió en “el candidato que no quería ser candidato”.
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Las jugadas de la ingeniera industrial hija de un empresario del acero y una psicóloga reconocida tenista, han sido ganadoras. Ha cuajado la unidad de una oposición que estaba vuelta añicos, ha surgido como protagonista de un fenómeno político que parecía imposible en la Venezuela de Maduro, mientras sigue siendo la que escucha mucho y anota todo en una libretica para luego profundizar en las ideas, y le da un vuelco a su manera de hacer política.
La joven de 43 años que se enfrentó a Chávez en la Asamblea Nacional cuando era la diputada del estado de Miranda, la más votada, y él era el líder indiscutido que soltaba aquello de “águila no caza moscas”, mantiene la pasión. Pero ha logrado conseguir, a los 56, un temple qué le permite enfrentar situaciones tan dramáticas como la cárcel para su círculo más cercano y la persecución a los compañeros que vienen desde las primeras épocas de su partido, Vente Venezuela.
Ante la multitud de seguidores, Machado ha denunciado con voz firme que “estamos enfrentando un terreno lleno de trampas y de fraude”. Para rematar entre vítores “Vamos a ganar y vamos a cobrar”. La voz férrea del antichavismo, que vio marchitar los liderazgos de Henrique Capriles, Leopoldo López y Juan Guaidó, tomó la posta de la oposición cuando el 66 % de los venezolanos quiere un cambio para el país, según la encuesta independiente realizada por ClearPath Strategies.
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Las claves del boom
El liderazgo adecuado en el momento adecuado puede ser parte de la clave del boom de María Corina. La política implacable matizó el enfoque con la empatía, la comprensión, la reunificación de la familia, la espontánea y genuina cercanía con las multitudes que la abrazan en cada mitin. Su liderazgo ahora es más inclusivo y sensible a sus necesidades. Sincronizó con el particular estado de ánimo de las dos terceras parte del pueblo venezolano, y despertó la esperanza del cambio.
Cada vez que cruzamos la mirada, el corazón se me para. Cuando lloran, llora mi alma. Cuando los abrazo, temblamos juntos. Y cuando, finalmente, sonríen, se ilumina la vida.
— María Corina Machado (@MariaCorinaYA) June 23, 2024
Cada uno de ellos son nuestros hijos y la razón por la que seguimos, cada día, cada paso.
Los veremos… pic.twitter.com/bc1YDwklKd
Su gran promesa es la respuesta a la petición que un niño le hiciera en una de las manifestaciones, “María Corina, yo quiero que me traigas a mi abuelita que está en Colombia”. La reunificación de las familias tras la diáspora de 9 millones es ahora una prioridad que supera aun la de la crisis de la economía.
En esta fase de la campaña se trata es de endosar sus votos a González Urrutia, porque ella es la dueña del capital político. Esa estrategia es tan conocida en Venezuela que hasta tiene nombre: el efecto portaviones. La encuesta de ClearPath realizada a través de Consultores 21 entre el 23 de mayo y el 5 de junio, señala que el candidato de la oposición unificada en menos de tres meses logró un reconocimiento de 96 % y una favorabilidad de 54 % frente al 35 % de Maduro.
Las cifras de Machado son muy similares: 58 % de imagen favorable y 37 % desfavorable.
En la intención de voto González supera por 21 puntos a Maduro, con el 56 % frente al 35 % del mandatario y aglutina el 94 % de los votos de la oposición. El 73 % votará por González porque “tiene el respaldo de María Corina Machado, un 57 % que lo apoyará gracias al respaldo de la Plataforma Unitaria y 46 % porque es un profesional “bien estudiado y con experiencia en la diplomacia”.
A un mes para las elecciones pululan los sondeos. Las principales encuestadoras le dan al menos 15 puntos de ventaja sobre Maduro. El Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) proyecta que González podría obtener unos 7 millones de votos, mientras Maduro no superaría los 4.700.000. Un cálculo que se desprende de sondeos elaborados por terceros a los que ha tenido acceso.
Ante la contundencia de las previsiones, Nicolás Maduro decidió hacer una jugada inesperada, de último momento. Con las elecciones a la vuelta de la esquina anunció que resucitará las negociaciones con Estados Unidos. Al parecer, la Casa Blanca está tan sorprendida como muchos venezolanos.
Se tejen conjeturas sobre las pretensiones de Maduro, que van a la búsqueda de reconocimiento internacional para unas elecciones que no dejan de parecer carentes de transparencia, mientras en el círculo cercano del mandatario llaman “jugada maestra” a las anunciadas negociaciones que estarán en la mano de su político más cercano, Jorge Rodríguez.
Por ahora la jugada está en la cancha de Joe Biden en Washington. Pero será el 28 de julio cuando las urnas digan última palabra. María Corina, tal como escribió su tocaya Yoris, “junto a millones de venezolanas está pariendo a Venezuela”.
