Los sucesos que el país ha vivido en los últimos días dejaron ver qué tan superficiales pueden ser las redes sociales. Muchos influencers seguían posteando como si nada. Algunos seguían mostrándose en fiestas, viajes o en el gimnasio. Otros seguían haciendo giveaways para ganar seguidores mientras Bogotá estaba bajo toque de queda la noche del pasado viernes. También hubo quienes sencillamente prefirieron callar y ni tocar el tema, ni para apoyar el paro o rechazarlo. Una de esas voces ausentes fue la de Paulina Vega, quien puede cobrar más de 10 millones de pesos por un post en su cuenta de Instagram.
Si bien es cierto que es su cuenta, su nombre y su marca, y que ella, como cualquier persona, tiene el derecho de decidir sobre qué habla y sobre qué no, tratándose de una persona que llevó la banda de Colombia en su pecho durante un año por el país, y durante un año por fuera de él, uno esperaría al menos unas palabras de esperanza o un llamado a la paz. Estando a 25 de noviembre Paulina se ha hecho la de la vista gorda con lo que sucede. Bastante paradójico que la última foto en la cuenta de la ex Miss Universo sea la de sus pies, exhibiendo un par de tennis Adiddas, frente a una cara feliz. Leyendo los comentarios se ve que sus seguidores le piden que diga algo.
A Paulina Vega hay gente que todavía no le perdona el haber revelado que apoyaba a Duque el año pasado durante la elección presidencial. Cada vez que la ex reina da papaya, promueve un tema ambiental o alguna causa que el gobierno actual perjudica, hay un ejército de usuarios que sale a recordarle su voto. En ese sentido puede entenderse que quiera evadir temas políticos. Sin embargo, lo del paro ya dejó de ser algo político. Se trata de una situación social de orden público que nos afecta a todos.
Casualmente, hace pocos días Paulina promocionaba en su cuenta de Instagram un nuevo perfume que vende en Falabella. En esa ocasión sí se mostró bastante activa en su cuenta. Cuando es para hablar de sus perfumes ahí sí lee todo lo que le comentan sus seguidores y hasta se toma el trabajo de responder. Igual sucede cuando es para promocionar marcas que le pagan sumas millonarias a cambio de publicidad. Al parecer Paulina solo es colombiana cuando se trata de vender perfumes, zapatos o champús.
