“Estamos fregados”, dijo un paisano a otro: “Con tanta gente importante y, nosotros, por ahí caminando como si nada”. Les era incomprensible que la reacción, el gesto o, mejor, la argumentación fuera siempre la misma: ‘Usted no sabe quién soy yo’.
Seguían caminando hacia no sé qué parte, sin exhalar un suspiro más de los que habían traviesamente expirado. No se podía más. Atropelladamente el uno le dice al otro: “¿Y, no que dice la Sagrada Escritura que todos somos iguales?”. El otro asiente rápidamente, pero agravando el planteamiento-pregunta de su compañero de trasegar: “Pues claro, pero, es más —afirma con venia de cientista—, lo puso de moda la Revolución Francesa”; obvio, el tono sube y, le corresponde al otro seguir el nivel y, como quien quiere superar el argumento apunta: “No solo eso, la revuelta Soviética, pues eso solo fue una revuelta —con lo cual se vio su pasión poco izquierdosa—, que fue cruenta contra la sagrada majestad del zar, se presentó o, se atropelló, por lo mismo”. El compañero de saga, estaba a reventar, por dos ocasiones lo había, por lo menos, igualado, entonces continuó la reminiscencia, ahora con: “A propósito, por esa misma razón se cayó, lamentablemente, la experiencia prorrusa —se retrató menos de derecha o no, a la izquierda del amigo—, con la caída del bellísimo muro de Berlín que, —siguió— han debido dejarlo como constancia de lo que allí funcionó a nombre, ¡qué casualidad!, de la igualdad” y, agregó con tono más contundente: “Mire usted querido paseante-compañero, lo que era por la igualdad, se cae en busca de ella misma: a cada uno de acuerdo con su trabajo y después, a cada uno de acuerdo con su necesidad, –concluyó—: “No por trabajo ni por necesidad se llegó a la igualdad y, buscándola el muro se cayó o…. bueno, lo tumbaron”.
Y así, así trascurren los dispensadores de tan rica tertulia; y así, así se fueron edificando, ensartando o, mejor enredando en la quimera de la igualdad, hasta que la luz se les agotó y, es gaznate[1]también: quedaron igualmente, mudos. Por fin iguales. ¿Y, lo de fondo? ¿En qué quedó aquello de haberse relacionado o, mejor, sin exageración, haberse topado con gente tan importante?
Retoman el aliento de suyo ya acabado y, sí señores… prosiguen la diatriba[2] pues en el fondo y, no nos llamemos a engaños, era una verdadera diatriba y, lo es por lo que sigue: “Ala —en socarrona postura— y, ¿esa gente tan importante, no es la que es rica, de riqueza, no solo rica en vitaminas y, la que tiene que pagar muchos impuestos?”; “Pues sí, —responde el otro— pero además, la que posee la mejor educación, la que tiene que dar más a la sociedad, la que tiene que dar ejemplo de corrección, pues todo lo tiene”; y, agrega el primero: “¿Y, la que debe ofrecer empleo y, sobre todo, pagar bien a los trabajadores?” Ufff, se sigue agotando el aire o, se está enrareciendo el horizonte. Largas horas pasan para que, se siga, ahora sí, estableciendo las cargas de la gente gentísima, como dice el común, gente importantísima.
Pero miren: no respetan las colas ni atienden a la autoridad —en coro riman—. ¿Ahh, entonces cuál es la gracia de ser gente gentísima? Y, se responden: “Es mejor ser gente del común, a la que le llega la ley, así se protegen y tiene humana condición”.
Mejor será que eso de no saber quién soy yo, esa frasecita, la cambiemos por la igualdad ante la ley o, la igualdad ante desiguales; la frasecita, que se la creen algunos, llevó al país a la desorientación total, a las personas a no saber quiénes son, como seres humanos.
[1]gaznate. (Etim. disc.). 1. m. garguero.2. m. Fruta de sartén en forma de gaznate. 3. m. Méx. Dulce hecho de piña o de coco.
garguero o gargüero. (De la raíz onomat. garg).1. m. Parte superior de la tráquea. 2. m. tráquea (‖ parte de las vías respiratorias). http://lema.rae.es/drae/?val=gaznate. R. A. E. derechos reservados
[2]diatriba. (Del lat. diatrĭba, y este del gr. διατριβή). 1. f. Discurso o escrito violento e injurioso contra alguien o algo. http://lema.rae.es/drae/?val=diatriba. R. A. E. derechos reservados.
