UNA DE LAS JÓVENES ENCARGADAS DE recaudar los cientos de millones que le deben ingresar a los peajes en Colombia me dice muy amablemente: "bienvenido a la concesión". Entiendo que son entrenadas para decir eso, pero me cuesta mucho agradecerle su gesto, porque lo siento mas falso que un dólar Ruso.
Con esta aparente, inofensiva y cordial muletilla, me recibe, cuando arribó a una de las 168 casetas de peajes que existen en el país. Es el costo de pasar por el indeseado peaje; es el valor de transitar cada 30 km por las carreteras colombianas. Colombia se excede en el número de peajes. Según normas internacionales, cada 110 Km se debe disponer de un peaje.
¡Bienvenidos a la concesión! La expresión, suficientemente trillada es un termino lleno de formalismo, falsedad e hipocresía. Es una frase de cajón que no encierra consideración alguna. Un cumplido, igual cuando nos dicen "bienvenido a su Banco amigo". ¿Será que los Bancos son amigos?. Creo más bien, son un témpano de hielo. Seria necio negar la importancia del sector bancario para un país. El tener un sistema financiero solido es básico para cualquier economía, pero la intermediación bancaria en Colombia -igual que los peajes- es una de las más altas del mundo.
Cuando se llega a un peaje y lo reciben con la frase ¡"Bienvenido a la Concesión"! ¿A qué se refieren?
Lo interpreto a que lo están invitando a entrar a la sala de su casa o a un predio privado, el cual la concesión es dueña. Un peaje es un accidente que se interpone en el camino y no deja pasar hasta tanto no se tribute, algo impuesto que se asemeja a una extorsión y que a fuerza de argumentos tecnocráticos logra convertirse en algo legal y normal. Cada 30 Km nos topamos con uno en Colombia, mientras en otras geografías es cada 110 Km.
Es esencialmente la violación al libre transito contemplado en la constitución. Si nos atenemos a una sana lógica el impuesto anual al rodamiento debería cubrir este transito y a este impuesto tampoco se le descuenta, los días que inmovilizan su carro, por Pico y Placa. En Cali son 52 días al año que lo hacen, en aras de reducir una congestión afianzada con los años, producto de una mala planeación.
"Bienvenidos a la Concesión". La exuberante belleza del paisaje que se ofrece a lado y lado de la vía, ya tiene dueño. El paisaje natural se ve asaltado por la odiosa talanquera. ¿Nos estan autorizando la entrada a su casa o acaso se sienten dueños del paisaje para así, darnos la bienvenida? Me parece una expresión llena de demagogia vacua y banal.
Es increíble que un viaje de Cali a Buga y viceversa, que los separa tan solo 65 Km, haya que tributar 4 peajes de 10.000 pesos. De Cali a Sevilla Valle hay 140 Km; en este pequeño tramo de vía, nos obligan a pagar 4 peajes: un peaje cada 35 km. Algo supremamente exagerado.
Si me siento tentado a pasarme de astuto y pretendo no pagar peaje, hasta llegar a Buga hago lo siguiente: cojo carretera por el municipio de Candelaria, así, eludo el peaje de la recta a Palmira, me doy vuelta por el municipo de Ginebra, eludiendo el peaje del municipio de Cerrito y llego a la ciudad de Buga indemne. Pero ni tan vivo soy: el gasto en gasolina, que significa un mayor recorrido, es casi igual al valor de los peajes eludidos. ¡El vivo bobo!. Todo esta fríamente calculado, como diría "El Chapulín Colorado".
Los contratos de los peajes son neoliberalismo puro. Existe una contratación probablemente "amañada", donde grandes firmas monopolizan esta contratación. Además de ser Leoninos en detrimento de las arcas del estado se encuentran "amarrados" por periodos de tiempo muy largos: cada 30 años su renovacion. ¿Que se busca con ellos?: en teoria con su pago se asegura el mantenimiento, la rehabilitacion del corredor vial y asi poder disfrutar de vias seguras y en buen estado.
En esencia, el estado renuncia a su obligacion que otrora tenia, por que la base del Neoliberalismo es decretar el Estado ineficiente, aun haciendo antigestion, para buscar ceder a un privado, la soberania sobre las vias. Es una manera sutil de privatizar las carreteras, dónde el estado pierde soberania territorial y de alli se desprende la creencia de ser dueños del territorio. Es ahí donde nace el chocante terminito que nunca me he tragado : "bienvenidos a la concesión"; a no ser que honestamente lo cambien por ¡bienvenidos al atraquito!.
Aceptemos a regañadientes, el manipulado diagnostico, que el estado es ineficiente; entonces apelemos a los privados antes que nos matriculen como "Comunistas". En consecuencia a esto: ¿porque no rebajar el precio de los peajes, ajustándolos a la distancia que establece la normatividad internacional de cada 110 Km?. Al oído de Gustavo Petro: se pudo con el Soat para motos ¿por qué no para los peajes?