La foto del Che, la más famosa de la historia

La foto del Che, la más famosa de la historia

Ya son 50 años desde que se conoció la obra "El guerrillero heroico" de Korda que le ha dado la vuelta al mundo y se mantiene como un icono de la lucha revolucionaria

Por: Guillermo Segovia Mora
marzo 07, 2020
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La foto del Che, la más famosa de la historia
Foto: Archivo particular del Autor

“No fue un encuadre, fue una inspiración”, diría Alberto Díaz “Korda”, fotógrafo del Movimiento  26 de Julio desde los inicios de la guerrilla en la Sierra Maestra,  de la imagen de Ernesto “Che” Guevara que con el tiempo se convirtió en icono de la revolución cubana y la protesta  universal y es una de las más importantes y la más reproducida de la historia de la fotografía.

El 4 de Marzo de 1960, apenas unos meses después del triunfo de “los barbudos”, un sabotaje de la CIA hizo estallar en el puerto habanero la embarcación La Coubre que contenía munición de origen belga comprada por el gobierno revolucionario, causando decenas de muertos. Al día siguiente, en segundo plano de la tribuna de la ceremonia fúnebre, en algún momento,  mientras Fidel Castro honraba a los mártires y señalaba a los criminales, discreto «Desde el podio, el Che Guevara contempla tanta furia reunida. Tiene la multitud en los ojos”, según describió el momento Eduardo Galeano

“Korda”, fotógrafo del diario Revolución,  obturó su máquina captando un instante que trascendió el siglo en una hermosa fotografía. Al  centro, en medio plano, el Che bravío con su mirada perdida en la multitud. De la boina negra adornada por la estrella dorada de cinco puntas, insignia del grado de Comandante, caía una desordenada melena agitada por el  viento, resaltada por la chaqueta de cuero cerrada hasta el cuello. Su mirada herida, profunda y viril,  reflejaba el dolor del pueblo en la plaza.

A la derecha, tras él, una palmera cubana. En el flanco izquierdo, distante, un hombre a quien con los años se identificaría como Jorge Masetti, periodista argentino fundador de Prensa Latina, muerto en un intento de implantación guerrillera en ese país. En otra toma del rollo, en la primera fila de la tarima,  un poco delante del Che, Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre,  filósofos y escritores existencialistas admiradores de la revolución, escuchan la prédica iracunda y acongojada  de Fidel.

Un ícono universal

En su laboratorio, “Korda” recortó la foto dejando al Che solo lindando con el cielo, acentuó el oscuro de los ojos y la tituló “El Guerrillero Heroico”. Al comienzo fue utilizada para ilustrar avisos de prensa de convocatorias a eventos y charlas del Comandante. El fotógrafo facilitó algunas copias a amigos y visitantes extranjeros. Tras la especulación sobre  la presencia del Che al mando de un destacamento guerrillero en Bolivia, la revista parisina Paris Match en un artículo sobre las guerrillas latinoamericanas la usó como portada  -que pudo haber sido facilitada por Sartre a quien su autor regaló una copia- y en páginas interiores una foto de una multitud en La Habana la muestra en una pancarta.

El editor comunista milanés Giangiacomo Feltrinelli, a quien Korda había regalado un par de impresiones, la reprodujo en un millón de afiches con la frase de despedida de la carta a Fidel, Hasta la victoria siempre, para hacer visible su presencia en  la guerrilla boliviana, y con ella ilustró el Diario del Che en Bolivia que puso a circular por el mundo un año después de la ejecución de Guevara en Bolivia, luego de la edición oficial en Cuba.

Sobre el mismo retrato, el artista  cubano Frémez hizo la primera versión gráfica en su país, para el afiche de convocatoria al homenaje de  despedida del guerrillero, configurando el rostro con una trama de puntos negros difuminados con intensidad ascendente, acompañado abajo con la leyenda Hasta la victoria siempre y la firma del Che, también en negro, todo en fondo rojo, el color del único papel de que se disponía. Sobre una bandera de Cuba, la imagen agigantada, escogida por Celia Sánchez Manduley, cubrió el edificio del Ministerio del Interior, vecino a la Plaza de la Revolución, en el acto solemne de despedida al Che, el 18 de Octubre de 1967, y luego fue silueteada en acero en el mismo lugar, donde aun permanece.

El irlandés Jim Fizpatrick plasmó la silueta negra sobre fondo rojo que sirvió de base a un mosaico de Andy Wharol que  afianzó la universalidad del ícono de un personaje que ya era figura mundial. Fue la contribución del pop-art, en pleno auge entonces  (junto con The Beatles, la píldora anticonceptiva, el movimiento estudiantil y el repudio a la agresión estadounidense a Vietnam), que con la simplicidad de perfiles y superficies de su concepción reduccionista, estereotípica e igualitaria,  facilitó la reproducción de la imagen con aerosoles, screen, siluetas, offset y otros medios fácilmente disponibles, con los que se fijó en volantes, afiches, paredes, camisetas y pendones que caracterizaron e identifican movilizaciones, rebeldías y desde hace años un intenso mercadeo en todo el mundo.

Así, la foto se convirtió en el símbolo del movimiento contestatario que sacudía a Occidente a finales de los años 60, una  década de cambios, y en adelante ha inspirado  la creatividad de la plástica cubana y mundial. Con variaciones de todo tipo recorre el mundo con su significado de indignación, indocilidad, reto y clamor de justicia. Personalidades del espectáculo y la izquierda la lucen como demostración de irreverencia (Maradona, Santana, Tierry Henry, Mike Tyson, Evo Morales, Madonna)..

La fascinante historia de la foto, sus aplicaciones artísticas  y usos comerciales fue apreciada con el nombre de Narrativa de un relato: el Che de Korda, en el Museo de la Fotografía de los Ángeles, el Victoria y Albert Museum de Londres,  el Centro Internacional de la Fotografía de Nueva York y en la Tiennale Bovisa de Milán, en Turquía,  y, en 2008, con algunas modificaciones, en  el Palacio de la Virreina de Barcelona, bajo el título ¡Che! Revolución y Mercado. Las  exhibiciones fueon preparadas por  Trisha Ziff, quien junto con Luis López dirigió, a partir de la muestra, el documental  Chevolución, con testimonios de admiradores del Che como Gael García, Antonio Banderas, Garry Adams del IRA, la hija de Korda y Liborio Noval, otro fotógrafo de la Revolución.

La foto se vendió en una subasta

En el año 2000, Korda le ganó un pleito a la marca Smirnoff por considerar inadecuado el uso de la imagen por la que antes jamás había recibido regalías. Los 50 mil dólares los donó a un centro hospitalario de su país en un gesto afín a su posición política. El famoso fotógrafo  falleció en París el 25 de mayo de 2001. Contrariando a Korda, en 2012, en Las Vegas, Nevada,  la marca Mercedes Benz lanzó uno de sus modelos en un acto donde el telón de fondo era un grafismo de la foto del Che con el símbolo de la fábrica de autos en lugar de la estrella de comandante y la frase ¡Viva la Revolución!, que según los creativos era un llamado a compartir las ventajas del modelo, acto de oportunismo consumista aun así severamente criticado por la comunidad cubano-americana.

En noviembre de 2013, la casa Westlich de Viena, subastó por U$ 9 mil 600 dólares un original de “El guerrillero heroico”,  la mítica foto. Se vendió otra también famosa de Rene Berri, tomada en 1963, que muestra al revolucionario fumando tabaco. La cámara fotográfica Leica con la que Alberto Díaz “Korda” tomó la foto del paladín anticapitalista, fue vendida  por el hijo del fotógrafo, por U$ 20 mil 340 dólares en una subasta.

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