El Sistema Universitario Estatal (SUE), que agrupa a las 34 universidades públicas de Colombia, ha insistido en su desfinanciamiento estructural. Este ha impedido el incremento de la cobertura, el fortalecimiento de la infraestructura física y tecnológica, el bienestar estudiantil, el aumento de profesores de planta e investigación.
No obstante estas limitaciones, la universidad pública ha mantenido su misión y responsabilidad social y ha estado al frente de las grandes transformaciones del país. Por ello, ahora se hace necesario tramitar la reforma a los artículos 86 y 87 de la Ley 30/92 y consolidar un nuevo modelo de transferencia de recursos financieros, acorde al crecimiento y sostenibilidad de las universidades. Lo anterior es un imperativo social para avanzar en garantizar el derecho a la educación a 2 millones de jóvenes excluidos del mismo.
En esta apuesta, el gobierno nacional ha propuesto un incremento de cobertura en educación superior de 500.000 nuevos cupos en los próximos cuatro años. Un propósito ambicioso, pero justo, que requiere: crear acuerdos políticos y sociales; repensar el modelo de aseguramiento de la calidad; construir capacidades tecnológicas y currículos pertinentes que se ajusten a los tiempos de formación; y, sobre todo, plantear un modelo de regionalización que facilite la ampliación de cobertura.
El anterior debe estar soportado en el sistema mixto, donde se ha prestado el servicio de educación superior como servicio público. A la final, la ampliación de cobertura debe hacer énfasis en las regiones del país más rezagadas en cobertura; situación presente en las regiones Caribe, Pacífico y sur del país.
Para ello, el Sistema de Universidades Estatales (SUE) colocaría la experiencia académica y pedagógica en modelos de regionalización de muchas de sus universidades; igualmente, toda la capacidad del sistema universitario estatal, la cual está representada en programas tecnológicos, de pregrado y posgrado e investigación que puedan ofertarse acorde a la pertinencia y necesidades de formación que las regiones demanden.
Para cubrir los 500.000 nuevos cupos, cobertura planteada por el gobierno del presidente Gustavo Petro, es necesario tener diversas estrategias que en su sumatoria alcancen esta cifra, sin que colapse el sistema universitario estatal. En primer lugar, se debe utilizar el activo existente en cada universidad del SUE, es decir, las 34 universidades publicas y sus 1500 programas de pregrado, sin que eso implique mayores inversiones.
En este sentido, se incrementarían 20 nuevos cupos por programa, lo cual permitiría un incremento semestral de 30.000 nuevos cupos en condiciones de calidad y pertinencia. Con ello se ampliaría la cobertura universitaria en 60.000 cupos anuales, lo que equivaldria a 210.000 nuevos cupos en el cuatrienio.
Para complementar esta estrategia y hacerla evidentemente de corte social, los 20 cupos nuevos por programa, antes señalados, deberían estar dirigidos a estudiantes provenientes de municipios de baja cobertura de acceso a educación superior. Este aporte del Sistema Universitario Estatal cubriría el 42% del total que ha propuesto el gobierno nacional.
Una segunda estrategia para ampliar cobertura y que requiere en sí misma una calculada inversión sería la apertura de programas académicos nocturnos: teniendo en cuenta la capacidad instalada en términos de infraestructura física y tecnológica con que cuentan las universidades publicas.
Una tercera estrategia sería impulsar el concepto de sedes regionales con oferta de programas académicos pertinentes a los territorios, necesarios para el desarrollo del país y con metodologías y pedagogías de virtualización hasta donde sea posible con la conectividad existente.
Lo anterior requiere por parte del Ministerio de Educación Nacional repensar la estructura normativa que regula el actual sistema de aseguramiento de la calidad, permitiendo compartir registros calificados entre las universidades publicas y ampliar el numero de estudiantes por programa académico entre otras reformas y cambios.