Las bandas que sí la han logrado en México, que desde hace un año es el hogar de LosPetitfellas, saben que en tierra azteca sólo hoy dos certezas: que hay oportunidades para todo tipo de artistas (otros países del continente como Argentina han sido un poco más hostiles con el rock foráneo) y que no todos la logran. La cuestión es simplemente matemática. Mucha buena onda, pero poca cama pa' tanta gente.
LosPetitfellas son una de esas bandas latinoamericanas, que al igual que Babasónicos de Argentina o Desorden Público de Venezuela, entendieron que cautivar al público manito es excepcionalmente difícil, pero que cuando este se enamora de un artista también puede ser bastante fiel. Las fechas que han hecho en distintas zonas del país del norte, incluyendo dos de los festivales aztecas de mayor importancia (Vive Latino y Pa'l Norte) aparecen como destacados dentro de su carta de presentación.
Pero eso no significa que olviden a su Colombia natal, donde, no sólo en Bogotá, sino en el Teatro Colsubsidio –el lugar en el que este fin de semana agotaron 4 fechas–, comenzaron a dar sus primeros pasos, hace poco más de diez años.
El último fin de semana, LosPetitfellas recordaron (y nos recordaron) que toda su historia comenzó acá. En esta ciudad que, dicho en sus palabras, habitaron y ahora los habita; como si vivieran en una especie de estado transmileneico del alma.
La noche tendrá varias sorpresas, entre ellas los actores disfrazados de animales o un locutor y un canillita, que es como en Argentina (no conozco el término local) llamaríamos a la gente que pregonaba las noticias de los diarios. Lo que ocurre es que el aniversario del disco Historias Mínimas, también tiene 4.000 ejemplares de un periódico que se llama de la misma manera.
Historias Mínimas, el disco al que le rindieron homenaje en las noches del 5, 6, 7 y 8 de septiembre, fue, en términos discográficos, el punto de partida. Pero esta noche no sólo se celebra el décimo aniversario del álbum, sino el apoyo de los fanáticos en todo el proceso; por eso a Los Fellas no les preocupa retrasar su show 20 minutos y dedicarlos para agradecer. Entonces, ahí sí es momento de comenzar.
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Después de su "último" sencillo "El sol", comienza la seguidilla de clásicos del primer álbum, casi en el mismo orden que en el disco: "Microphone check", "Simpática fiesta", "Síndrome de Fregolí" y "Rock N' love". Cada treinta segundos se escucha algún admirador, desde algún punto del teatro, gritándoles a pulmón: ¡Los amo hijuep...!
"El arte es un llamado que le hacen a uno para ir a la guerra", declara Nicolás Barragán, mejor conocido como Nicolai Fella desde la tarima. La frase no sólo es grandilocuente, sino que está relacionada al enorme esfuerzo que él y sus compañeros han hecho para vivir de la música; en un continente donde, para la mayoría de bandas de rock y pop, esa búsqueda de trabajo parece más bien una utopía. Desvelos, conciertos, giras, aguantadas de hambre, lidiadas con la salud mental (tanto propia como de sus fanáticos) hicieron parte del proceso.
Esa debe ser la razón por la que, cuando hace 4 años le pregunté a manera de chiste a Nicolás sobre cuándo iba a sacar el próximo disco –en plena pandemia y a días de haber lanzado la última parte de un álbum que lanzaron dividido en tres–, bromeó (recuerdo que me dijo algo así como "sabrá el p...") y me aseguró que tendríamos que esperar un buen rato. LosPetitfellas no hacen canciones, sino que reparten pedazos de alma con cada lanzamiento y el alma, amigos, no es eterna. Por más que quisiéramos que así fuera.
Pocas canciones dejan eso tan claro como "Suspense", que tiene una frase tan memorable como: "Pienso cada que me acuesto, si podré llenar la nevera con esto". Por ejemplo, hoy en día cualquier banda puede ser gigante y al año siguiente hacer una gira y no vender tantos shows; como le pasó a una de las mejores bandas colombianas en algún momento de su carrera.
Sebastián Panesso, el que le pone tumbaito a la banda, también tiene su momento de brillar en tarima, con su canción "El cielo" y con sus propias frases como "me enseñas a adorar mis sueños, desde la tarde aquella en que te conocí", que no tienen nada que envidiarle a las de Nicolás.
Aunque en este punto, vale la pena destacarle otro detalle a Nico y ese es que está pendiente de cada persona en el público o por lo menos lo intenta. En esta canción aparecerá sorpresivamente rapeando al lado de su novia y el momento será profundamente conmovedor, pero en otros momentos de la noche también lo veremos saludando con nombre y apellido a fanáticos de larga data o frenando dos minutos el show para que una fanática regale una luna.
Tan pendiente está de los mensajes, que Nicolás se disculpa por el contenido de mi canción favorita de ese álbum debut al que en esta noche rinden tributo.
"El diccionario", que es una composición maravillosa, que habla de cómo las cosas cambian de significado o pierden sentido después de una ruptura; pero que en tiempos en que hemos entendido mucho mejor las formas en las que funciona el consentimiento (o por lo menos, lo estamos intentando), puede tornarse de contenido cuestionable. Así que esta noche el coro tiene que reformarse, porque eso de decir que no es que sí y viceversa, sólo funciona en el plano metafórico. O quizás ni siquiera así.
Pipe Bravo de Superlitio llega como invitado estelar de la noche y Nicolás recuerda cómo fue uno de los pocos grandes que aceptaron participar en su disco debut y que encima se emocionaron con el proceso. Antes también había participado la artista emergente afrobogotana Lalo Cortés en "No se va", reemplazando a Bruises, la voz original.
La noche cierra con una nueva canción llamada "Música de contrabando" que habla de su experiencia de hacer su nuevo disco en México, del cómo han aprendido a amar el término chilango (hace años peyorativo) y que, al igual que hizo Control Machete en su momento, tiene referencias a un ritmo popular conocido como danzón. Luego suenan "Buenos días" y "Antes de morir". No hay bises, todo está dicho, no hacen falta.
Entre las hazañas de los últimos años, se puede mencionar que LosPetitfellas fueron nominados al Latin Grammy por su disco más arriesgado (Formas para perderse...) o han grabado con estrellas del rock y el pop como Denise Gutiérrez de Hello Seahorse (la que también canta en "Luna" de Zoé) o Roberto Musso de El Cuarteto de Nos.
También, que han conquistado una y otra vez Colombia y han conquistado una y otra vez México, visitado países como Ecuador o Perú (donde volverán pronto) y serán plato fuerte en el próximo Lollapalooza de Chile.
Además, hicieron un show multitudinario en el Movistar Arena y acaban de meter poco menos de 5.000 personas en uno de los teatros más importantes de Bogotá. Ah, y que no se me olvide, que hicieron un disco con la Orquesta Filarmónica de Medellín, donde, por casualidades de la vida, mi hermana del alma Vania Abello fue pieza esencial para que se materializara ese proyecto.
Es cierto que falta camino por andar y en el concierto no temen mostrarle a sus fanáticos de la manera más sincera posible la historia de su ascenso. Pero estos tipos hicieron más que llenar la p... nevera, sino que le demostraron a todos los artistas independientes de Colombia que no hay nada de utópico en ese sueño... y que no hay nada de mínimo en ese proceso.
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