Arroz Blanquita, producido por Arrocera La Esmeralda es el único molino arrocero que todavía opera en el Valle del Cauca de los 22 que alcanzó a tener la región a mediados del siglo pasado, época donde el fértil departamento era el principal productor de arroz del país. La Esmeralda, de la que se dice es la “más antigua viva” del sector arrocero, es el noveno grupo empresarial más grande del suroccidente de Colombia.
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Su fundación se le debe a cinco empresarios entre los que estaba Manuel Suso Cárdenas hijo de Faustino Suso un español que había llegado al país en 1928 y que junto con su esposa Blanquita Cárdenas montó un molino en la ciudad de Buga. Manuel a sus 28 años se ganaba la vida como vendedor de seguros, experiencia gracias a la cual un grupo de emprendedores lo contactó para que participara durante la década de los 50 en el nacimiento de la Arrocera La Esmeralda. Años más adelante compraría las acciones de sus compañeros.
Filósofo de la Universidad Javeriana en Bogotá y con formación jesuita, Manuel alcanzó a entrar a la Compañía de Jesús de Albán en Cundinamarca y al seminario Jesuita en Santa Rosa de Viterbo, en Boyacá, empresarialmente no la tuvo fácil. Con Arrocera La Esmeralda se inició el desarrollo en Jamundí, sur del Valle, donde comenzó a generar empleo, pero la década del 50 fue amarga, con la expansión de la caña de azúcar en las tierras planas del Valle del Cauca se puso en jaque a la industria arrocera y Suso se vio obligado a cerrar el molino y sostener la finca durante algunos años con una cría de gallinas.
Su modelo de negocio es asociativo con los agricultores del arroz
Manolo Suso, como lo llamaban, dio la batalla por un negocio en el que creía, en los años 80 tomó la decisión de educar a sus agricultores implementando mejoras en los procesos con el respaldo científico del Centro Internacional de Agricultura Tropical – Ciat y el apoyo del Fondo Latinoamericano para Arroz de Riego, Flar. Desarrolló así un modelo de negocio que brinda apoyo tecnológico y económico al pequeño agricultor y a cambio la empresa se compromete a comprar toda la cosecha, como resultado se obtiene un arroz de mejor calidad que puede ser vendido a mayor precio con menor uso de agua, semillas y agroquímicos. La producción entre los agricultores de Jamundí y norte del Cauca es de cerca de ocho toneladas de arroz por hectárea, mientras el promedio nacional es de 5,7 toneladas.
Cuando intentó levantar cabeza nuevamente llegó la apertura económica del gobierno de Gaviria donde los aranceles no fueron disminuyendo paulatinamente y esto tuvo un efecto muy grande en la agricultura como el arroz, pues llegaron productos importados muy baratos que acabaron con muchos sectores del agro. Y para completar en 1999 tuvo que hacer frente al secuestro por varios meses de su hijo José Manuel por parte de las Farc.
La Arrocera cuenta con acuerdos con 670 agricultores a lo largo de 4.000 hectáreas los departamentos del Valle del Cauca y Cauca, y genera más 3500 empleos en su planta principal de Jamundí y un segundo molino inaugurado en 2015 en el municipio de Aguazul, Casanare con el objetivo de aprovechar la producción de arroz de este departamento, una de la más grande del país.
Es líder en el suroccidente del país
Muchos de sus agricultores ya tienen cultivos orgánicos, han eliminado el uso de insecticidas y fungicidas lo que traduce en un hábitat ideal para las aves. Su línea orgánica es la primera de Colombia y Latinoamérica con el sello Amigo de las Aves, posee además certificaciones de Comercio Justo y de Empresa Responsable otorgadas por Ecocert
De sus ocho marcas, la estrella es Arroz Blanquita, nombrada en homenaje a la madre de don Manuel, cuenta también con otro arroz tradicional, Esmeralda, y cinco en la línea Premium (Blanquita Premium, Blanquita Integral, Mix Blanco con Quinua, Mix Integral con Quinua y Arroz Oryza). Cuenta también con una harina de arroz para preparar la horchata y otra para colada, y en los últimos tiempos introdujo un línea de snacks a base de extruidos arroz de diferentes sabores.
Aunque el manejo del negocio lo tomó desde hace algunos años el mayor de los hijos José Manuel Suso, luego de la muerte en 2018 de don Manuel a los 95 años quién nunca se retiró de la actividad, asumió definitivamente el liderazgo completo de la arrocera La Esmeralda, a la que también está vinculada su hermana Angela María en la administración del negocio. José Manuel es además presidente de la Junta Directiva de Induarroz.
La fortaleza de Arrocera La Esmeralda está en el sur occidente donde su marca tiene reconocimiento en los departamentos Valle del Cauca, Cauca y Nariño. Sus ventas en 2022 fueron de $ 216.469 millones con una utilidad de $4.549 millones.