El trabajo de Cifras & Conceptos del Panel de Opinión revela mucho sobre la manera como los líderes alimentan su cerebro para formar las opiniones que irradian a través de sus redes. Pero la encuesta también permite analizar el estado de la producción de información y conocimiento sobre los temas de interés público, que son esenciales para entender lo que ocurre. De la calidad de la información se deriva la calidad de la opinión. La mala noticia, es que el estudio de César Caballero presenta un panorama deprimente sobre la oferta y consumo de información de las élites, que coincide con la mala calidad del debate público, el auge del sectarismo, las pasiones y la exclusión. Es decir, subraya el desbanque del conocimiento como fuente de orientación.
En la producción de pensamiento se necesitan medios con equipos periodísticos suficientes en número, formados, profesionales, con experiencia y bien pagados. Las empresas periodísticas deben invertir en el factor humano y en recursos para investigar, confrontar, viajar a reportear. La información que produce el NYT o el Wall Street Journal requiere de una gran inversión. Los hechos que reportan son ciertos, fueron confrontados y verificados, fueron consultados con expertos, los periodistas escucharon los argumentos y contrargumentos de las partes. Y antes de publicar, se discierne entre colegas y editores que enriquecen el trabajo. Cuando un producto pasa los controles de calidad y llega al público, tiene incorporado un gran valor.
Esa es la razón par que los suscriptores paguen por los contenidos. Saben que ayudan a tomar decisiones para adaptarse a la compleja realidad y a los cambios del mundo. Gobernantes, servidores, empresarios, activistas, trabajadores, necesitan entender qué pasa, aunque a algunos comerciantes de las comunicaciones crean que con los resultados del fútbol y los escándalos de las celebrities es suficiente para sobrevivir. Se necesitan expertos para investigar y entender lo que ocurre y no expertos en detectar lo banal, lo amarillista y lo sensacionalista. Los alimentos de calidad valen mas que la comida chatarra porque alimentan. Eso mismo ocurre con los medios.
Es deprimente que los tres medios más seguidos por los líderes, El Tiempo, El Espectador y Semana se encuentren en tal mal estado en cuanto a la calidad de información. Con equipos minimizados y precarios, mal pagados y sin recursos para trabajar, es poco lo que pueden orientar a la sociedad. Pero los opinadores los leen, los siguen, los usan. Parece que el trío de millonarios-propietarios tiene una lógica medieval que consiste en producir la información más barata posible, con el menor número de periodistas posible, con la menor inversión posible. Si usaran esta lógica para administrar sus otros negocios ya estarían en el Chapter 11.
_______________________________________________________________________________
Afortunadamente las ONG compensan el desastre de los medios
________________________________________________________________________________
Afortunadamente las ONG compensan el desastre de los medios. A partir de fondos privados, en su mayoría altruistas, conseguidos con enormes esfuerzos y en abierta competencia internacional, las ONG construyen sólidos aparatos de investigación. Contratan profesionales, expertos investigadores y académicos para profundizar en temas específicos. Su propósito es producir información de mayor calidad y alcance, a partir de investigaciones académicas. Sus trabajos tienen un interés: la producción de conocimiento cierto sobre los temas más importante del país. Es mucho lo que Pares, Fedesarrollo, Dejustica, Ideas por la Paz o MOE han aportado a los ajustes institucionales y son fundamentales para que los opinadores cuenten con información seria. Ahora es curioso que al lado de las ONG que producen información de calidad, se encuentre Pies Descalzos, el Minuto de Dios o la Cruz Roja. Son entidades que hacen su labor social, pero no me imagino a los Danieles consultando sus páginas digitales para formarse un mejor criterio en algún tema.
El panel refleja la enorme distancia de intereses informativos entre los ricos y la sociedad. La falta de espacios comunes, de intereses comunes, de ideales comunes hace que los tres propietarios no entiendan lo que la ciudadanía necesita para informarse. Compraron medios para ganar influencia porque todo el mundo sabe que con los medios no se puede hacer un gran negocio. El privilegio de producir información y generar el debate que permita avanzar en la toma de decisiones colectivas es fundamental. Reducir la calidad de la información, bajar la circulación a mínimos históricos y volverse irrelevantes para el debate nacional obliga a volver a pensar en la independencia de los medios de los conglomerados económicos. Industriales, banqueros y comerciantes, que sigan en su oficio.
Publicada originalmente el 14 de noviembre 2021