Hasta 2005, los presidentes colombianos se transportaban en el histórico Fokker F-28 adquirido por Misael Pastrana a unos empresarios chilenos en 1971. Cada Presidente que llegaba se encargaba de su reparación y actualización. Tras varias cancelaciones de viajes por desperfectos técnicos de la aeronave y el ruido que hacía cuando estaba en el aire fue apodada “la cafetera”. Apodo que aun mantiene.
Un susto que pasó el expresidente Uribe en un viaje a Neiva, durante un intento de aterrizaje fallido por errores técnicos en el tren de aterrizaje, ambientó a la opinión pública para recibir con buenos ojos la urgencia de cambiar el avión presidencial y aceptar la inversión de USD 40 millones que hizo el gobierno pocos meses después. El nuevo FAC 0001, un Boeing 737 fabricado en 1999 fue otro segundazo que el gobierno colombiano le compró a un jeque árabe quien nunca lo utilizó durante los 6 años que lo tuvo. Al momento de comprarlo, en el año 2005, el avión tenía apenas 22 horas de vuelo. El avión costó USD 29 millones y se le invirtieron otros USD 11 millones en su adecuación interna.
Uribe estrenó el FAC 0001 y lo utilizó como ningún otro presidente porque viajaba permanentemente a las regiones, muchas veces a dos y tres lugares en el mismo día. Solo en las pocas regiones donde el Boeing 737 no podía aterrizar, el expresidente se transportaba en "la cafetera" o de la capital al municipio directamente en helicóptero.
Juan Manuel Santos llegó con la intención de reforzar el trasporte para la cúpula de su gobierno. Idea que le secundó German Vargas Lleras y el Ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas Santamaría. Empezó comprando en el 2012 el exclusivo Embraer Legacy 600 que costó alrededor de 29 millones de dólares. Un tecnológico avión de origen brasilero comprado en el 2012 y con capacidad de solo 13 personas que, rápidamente, se convirtió en el preferido de la ex primera dama María Clemencia Rodríguez, quien lo utilizaba frecuentemente para sus visitas a los proyectos sociales que apoyaba su despacho.
Fue en esta aeronave que Tutina viajó a Medellín con sus hijos para asistir al concierto de Madona en el 2012, causando revuelo en la opinión pública. También era el preferido de la ex canciller Holguín quien siempre lo pedía para cumplir con sus compromisos en el exterior.
En el gobierno Duque, quienes más usan el Embraer Legacy son la vicepresidenta Martha Lucía Ramírez y el canciller Holmes Trujillo. Fue la nave que le facilitaron a Juan Guaido para su desplazamiento hasta Brasilia.
“La cafetera” es actualmente el avión oficial de la vicepresidenta, pero Martha Lucia Ramirez ha dejado muy claro el poco aprecio que le tiene pues prefiere al Legacy para sus citas nacionales e internacionales.
Otra gran adquisición de Juan Manuel Santos fue “Júpiter”, un gran Boeing 767 con capacidad de hasta 210 personas que le costó al pasado gobierno un valor parecido al del avión presidencial, unos USD 40 millones. Se adquirió en el 2013 pensando en un óptimo reemplazo para “Zeus”, el Boeing 707 que fue retirado ese mismo año después de 35 años de arduo servicio. Este es un avión carguero que está al servicio de la presidencia para situaciones extremas que lo ameriten como catástrofes naturales o destinos muy lejanos. En este avión se desplazó la comitiva de Santos a Mocoa cuando se desbordaron los 3 principales ríos aledaños en el año 2017 y también cuando fue a Oslo a recibir el premio nobel en el 2016. Hasta ahora, Duque no ha estrenado a Júpiter.
En el catálogo de aviones presidenciales también hay un Beechcraft King y un pequeño Cessna Citation que son utilizados para transportarse a lugares donde ni siquiera hay aeropuertos oficiales sino pistas de aterrizaje clandestinas. Son raras las veces que el presidente usa estas pequeñas aeronaves. Adicionalmente, dos helicópteros Black Hawk comprados a Estados Unidos desde el 2002 están a disposición para escoltar la comitiva y la avanzada presidencial para desplazamientos a zonas complicadas del país.
Así pues, estas 7 aeronaves componen el Escuadrón de Transporte Especial de la Fuerza Aérea VIP con el que cuentan el Alto gobierno en cabeza del Presidente. Todos estos forman parte del Grupo de Vuelos Especiales No. 82, integrado al Comando Aéreo de Transporte Militar (CATAM) con sede en la base aérea ubicada en el aeropuerto El Dorado en Bogotá.
Estos aviones, según el excomandante de la Fuerza Aérea, General Guillermo León, no están asignados para el uso de un funcionario en específico. El alto funcionario hace el requerimiento y la oficina de operaciones de la FAC designa la aeronave. Son utilizados por los ministros, el vicepresidente y el jefe de Estado. Militares con funciones de inteligencia, también pueden utilizarlos eventualmente, aunque en la mayoría de los casos se desplazan en alguno de los cerca de 300 aviones y helicópteros de combate que también tiene la Fuerza Aérea.