Con treinta y dos años, Luisa Ortega recién terminaba su doctorado en Derecho Constitucional en la Universidad de Carabobo, cuando se enfrentó por televisión a las imágenes del grupo de militares que se levantaban contra el entonces Presidente Carlos Andrés Pérez. Ya había escuchado hablar del Teniente Coronel Hugo Chávez Frías por boca de su hermano Humberto quien lo había conocido en la Academia Militar de Venezuela. Las imágenes le daban la razón, a su entender, a los insurrectos. Al menos eso le dictaba su corazón.
En Maracaibo, Caracas, Valencia y Maracay el ejército se envalentonaba contra el Presidente Pérez. Ella sabía que su hermano Humberto estaba entre los insubordinados. Horas después vendría el desencanto: ese 4 de febrero de 1992 el contra golpe de Carlos Andrés Pérez había frustrado el levantamiento. Hugo Chávez fue detenido, pero desde allí construyó un liderazgo que lo llevaría al poder seis años después.
Luisa Ortega Díaz había quedado enganchada. Apoyó la campaña presidencial que terminaría ganando Hugo Chávez Frías en diciembre de 1998. Se levantaba temprano cada mañana y se iba en el auto con el Teniente Coronel a visitar la Venezuela profunda. Celebró a rabiar cuando comprobaron que las encuestas no mentían: derrotaron con facilidad a la ex Miss Universo Irene Sáenz. En esa campaña conoció a Germán Ferrer, con el que se casaría en el año 2000. Ferrer después seria diputado de la Asamblea Nacional por el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela. Ortega Díaz empezaría a trabajar, desde el 2001, en la Rama Judicial de la República Bolivariana de Venezuela.
Siendo funcionaria de la rama judicial exigió las penas más duras contra las cabezas del golpe de abril del 2002 que sacó durante 48 horas a Chávez del poder, liderado por el dirigente gremial. En el 2007 fue elegida Fiscal por la Asamblea Nacional cuando el Chavismo tenía el control absoluto, convirtiéndose en una preocupación permanente para los miembros de la oposición venezolana.
Su dureza se vio reflejada con su pedido de extradición y enjuiciamiento del ex presidente Carlos Andrés Pérez en el 2010 a pesar de estar enfermo de cáncer y de contar con 88 años. Ortega Díaz quería procesarlo por los cargos de represión policial y militar durante las protestas del 27 y 28 de febrero de 1989 conocidas como el Caracazo. El ex Presidente Pérez murió amargado y solo en Miami.
Su función como Fiscal se centró en presidir la Comisión de la Justicia y Verdad que investiga las violaciones a los derechos humanos cometidas entre los años 1958 –año en el que fue depuesto el dictador Marcos Pérez Jiménez- y el 1998, el año en el que Chávez ganó las elecciones, omitiendo todos los posibles abusos que dejaría la Revolución Bolivariana.
Fue la fiscal Luisa Ortega quien mandó a la cárcel al dirigente de la oposición Leopoldo López. Con base a la investigación que adelantó sobre las protestas del 2014 que causaron 30 muertos, lo responsabilizó y ordenó su detención. Le impuso una condena de 14 años que aún paga en la cárcel de Ramo Verde en Caracas, sin que hubiera sobre el dirigente opositor una sola prueba de desobediencia civil. A su despacho llegaron entre mayo y agosto del 2014, 102 casos de presuntas violaciones a los derechos humanos que la Fiscal desestimó en su totalidad.
La relación con el Chavismo empezó a resquebrajarse a raíz de un video en donde la Fiscal aparece haciendo compras en lujosos almacenes en París. Esto le granjeó críticas soterradas de Diosdado Cabello y otros líderes radicales Chavistas. Los cuestionamientos le causaron mella a Ortega Díaz y su reacción fue empezar a tomar distancia del régimen que la había llevado al poder.
Fue ella la a funcionaria Chavista de más alto rango en criticar el régimen después de denunciar la masacre de 21 mineros al sur del Estado Bolívar por una guerra entre bandas de traficantes de oro desmintiendo al Gobernador chavista que trató de negar esas muertes. Su desmarque definitivo se evidenció cuando cuestionó, a comienzos del 2016, los procedimientos de la Operación Liberación del Pueblo (OLP) uno de los planes de seguridad bandera del Chavismo.
Y el surco se empezó a ensanchar. Su decisión más trascendental y que enfureció al oficialismo fue su oposición al intento de Nicolás Maduro de cercenar los poderes de la Asamblea Nacional, dominada desde las elecciones de diciembre del 2015 por la oposición. "Se evidencian varias violaciones del orden constitucional y desconocimiento del modelo de Estado consagrado en nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela", afirmó la fiscal sin titubeos. Declaraciones que causaron revuelo en Venezuela. Lo último que cuestionó fue la pretensión de Maduro de modificar la constitución. “La constitución es insuperable, es la constitución de Hugo Chávez”, con lo cual dejó en claro que para ella, como para muchos adalides de la Revolución bolivariana una cosa es el comandante Hugo Chávez y otra Nicolás Maduro. Como piensan muchos, no solo la fiscal Ortega.