En Tailandia todo está permitido, sus leyes han convertido el turismo en una fuente constante de dólares de gente del primer mundo que quiere vivir experiencias extremas. En una de sus islas, llamada Koh Pha Nang, se celebra cada año la festividad de la Luna Llena. Por eso la llaman La isla de los excesos. Allí todo está permitido y cuando se dice todo es todo, drogas, sexo, una fiesta sin parar. A ese festival llegó, acompañado de dos mujeres, Daniel Sancho, el chef de 29 años, después de matar con sus propias manos y destazar a su amigo, el médico colombiano Edwin Arrieta, de 44 años, reconocido en Montería por sus aportes a la comunidad.
Sancho estuvo hasta la madrugada del pasado jueves 3 de agosto, y, cuando empezó a aclarar, se fue a una comisaría a denunciar la desaparición de Arrieta. La policía tailandesa, al ver el inusual comportamiento del joven, registró la habitación y encontró restos del cuerpo del colombiano. Sancho habría pagado 1.000 dólares para alquilar una canoa y arrojar restos de su amigo al mar.
El chef, hijo de dos reconocidos actores españoles, al poco de tiempo de arrancar el interrogatorio se quebró y lo confesó todo. Afirmó, sin dar más detalles, que Arrieta le había arruinado la vida. “Yo era su rehén”.
El padre del joven ya viajó a Tailandia para darle todo su apoyo. Algunos medios españoles hablan de que el asesinato fue producto de un “ataque de ira” pero aún no hay mayor información al respecto. La frialdad de Sancho después del crimen y la manera como intentó deshacerse del cuerpo tiene desconcertados a los investigadores quienes avanzan en su trabajo por esclarecer la verdad.