Feria Buro es uno de los eventos más exclusivos de la capital, un encuentro elite en el que se reúnen marcas exclusivas, diseñadores de moda e interiores, arte y gastronomía. Este año, el Gimnasio Moderno volvió a ser la sede en su décima sexta edición que irá del 14 al 18 de julio de 2021. Ir a esta feria es un lujo que pocos se pueden dar, aunque la entrada puede costar alrededor de 10 mil pesos, comprar algo dentro del recinto resulta imposible, es de esperarse, influencers, famosos y celebridades son los fieles clientes de Buro un espacio que dejó de ser un encuentro cultural para convertirse en una socialité de la farándula bogotana: inalcanzable y cerrada.
Solo lleva un día de inaugurarse y Buro es noticia al punto de ser tendencia. No es para menos, ya no puede disimular su clasismo purasangre y, por supuesto, el de sus dueñas Martha Soto y María Alejandra Silva -madre e hija-. El joven Pablo Matiz Botero no pudo evitar contar su experiencia trabajando como empleado de la feria se desempeñaba como parte del staff y tenía que organizar la entrada de los expositores para el montaje pero duró solo dos días con el trabajo. Divulgó el testimonio Un plato de comida no se le niega a nadie. Matiz contó como después de trabajar de 5 de la mañana a 11 de la noche, Silva decidió comprarle pizza al equipo. El joven le preguntó a su jefa si podía coger un pedazo de pizza para el operador de logística que lo había acompañado desde la madrugada y no había comida. NO fue la respuesta clara y contundente de María Alejandra Silva. Matiz le dijo que no habría problema si le daba a su compañero su pizza pero ni así su jefa dejó que lo cogiera. El joven terminó renunciando pero cuando se presentó al día siguiente al Gimnasio Moderno, seguridad lo sacó como un perro por ordenes expresas de Silva.
En entrevista en W Radio con Julio Sánchez Cristo, María Alejandra Silva se remitió a justificar lo injustificable: Las porciones estaban contadas. La dueña de Buro deberá pensar mejor la próxima vez que decida maltratar a sus empleados, ya no es secreto que su clasismo ha interferido con su idolatrada feria bogotana.
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