En Cali ya son muchas las personas que piensan que la Feria ha dejado de ser un evento reconocido nacional e internacionalmente por sus amplia programación abierta al público sin excepción, al ser desplazada con la instalación de tarimas y encerramientos que impiden la participación de habitantes de bajo recursos de nuestra ciudad.
Son miles los caleños que han perdido interés e importancia por la Feria, al considerar que se ha convertido en un evento excluyente, organizado exclusivamente para quienes cuentan con capacidad económica para cubrir los altos costos de la boletería y tener acceso a los espectáculos centrales; es decir, deja de ser un patrimonio para el goce de todos los caleños y caleñas, sin exclusión, para convertirse en la feria de la élite del club campestre, con fines exclusivamente económicos.
En el imaginario de la caleñidad, la Feria de Cali ya no gira en torno a los grandes valores culturales y de integración social que caracterizaba estas festividades; sino que en los últimos años se ha convertido en una actividad mediada por intereses mercantilistas y elitistas con medidas como el encerramiento de las áreas donde se realizan los desfiles como el Salsodromo, declarado Patrimonio Nacional, el Cali Viejo entre otros, espacios en los que usualmente los habitantes de bajos recursos se ubicaban para disfrutar gratuitamente de esos eventos.
Entendiendo la necesidad que tiene la administración municipal de tomar medidas para garantizar la seguridad de los participantes, así como la búsqueda de recursos que garanticen la financiación de los eventos de la Feria de Cali; estas no deben ser en afectación al derecho que tienen los habitantes de la ciudad de poder hacer parte y disfrutar de la variada programación que se les ofrece, por no contar con la capacidad económica para asumir el valor de una boleta que les permita observar los desfiles desde las tarimas instaladas para tal fin, optando por ubicarse en los espacios abiertos que usualmente han existido y que hacen de la Feria un evento incluyente para el disfrute de todos los caleños sin excepción; degenerando en la pérdida del sentido de pertenencia para con un evento que hace parte de la identidad cultural y social de los caleños.
