El único que no está triste en Colombia es James Rodríguez. Su contratación por parte del equipo catarí Al-Rayyan se acaba de confirmar con lo que se nos va de Europa el jugador más de élite que teníamos, el más mediático, el que es conocido en todo el planeta. A los 30 años James piensa más en el retiro que en otras cosas. Su condición física y sus problemas mentales hicieron insostenible la permanencia del colombiano en el fútbol de élite.
Mientras el país se lamenta James está realmente feliz. Ganará 4.000 millones de pesos mensuales con lo que incrementará aún más su fortuna que ya es cuantiosa. El sacrificio que hará jugando en Catar lo podría sacar para siempre de la selección ya que Reinaldo Rueda no suele llamar jugadores que militan en esas ligas. Pero a James parece que lo único que le importa es todo lo que pase fuera de la cancha. El contrato es por nueve meses y es casi seguro que, con la plata que va a recibir. el jugador se termine despidiendo prematuramente de la profesión. Nunca sabremos a donde hubiera llegado si no se hubiera desviado del camino.
La manera de jugar del Al-Rayyan, un equipo completamente desconocido en Colombia y el Continente, fue motivo de análisis para la gente de ESPN: