El relato feminista dice una cosa, los datos de medicina legal muestran una realidad muy distinta.
En Colombia, en el año 2015 se creó la ley del feminicidio, la cual modificó el Código Penal e introdujo el concepto de “feminicidio”, es decir, el asesinato de una mujer por su condición de mujer o de cualquiera que se identifique como una mujer.
Cuatro años han pasado desde la entrada en vigencia de esta ley y el asesinato de mujeres en vez de disminuir se ha incrementado, datos disponibles en el sitio web de Medicina Legal.
La ley del feminicidio introdujo adicionalmente un nuevo concepto de igualdad, de manera tal que si un hombre asesina a una mujer recibe una pena superior a la de una mujer que asesina un hombre, en exactamente las mismas circunstancias.
Creencias Vs. Evidencias
“Nos están matando” es el dogma feminista que sale a la luz cada que los medios de comunicación hacen eco del asesinato de una mujer a manos de un hombre, algo que no suele suceder en igual medida cuando el asesino es mujer.
Ya no hay día que noticieros y periódicos no nos informen de un nuevo feminicidio, el imaginario colectivo es que a las mujeres se les esta exterminando, pero la realidad es una muy distinta; si bien en Colombia el número de mujeres asesinadas ha aumentado, también ha aumentado el asesinato de hombres, y en Colombia por cada mujer asesinada se asesinan diez hombres, solo en el 2019 se asesinaron 10,651 hombres frente a 976 mujeres.
Datos que matan relatos:
Comparada con el hombre, la mujer tiene una probabilidad del 9% de ser asesinada, 23% de fallecer en un accidente transito, 24% de fallecer de manera accidental y 23% de cometer suicidio.
“Nos asesinan por ser mujeres” es otro de los dogmas feministas, nada mas equivocado, esto equivale a decir que hay una especie de Ku Klux Klan que sale en las noches a perseguir y a asesinar mujeres por el solo hecho de ser mujeres, cuando la realidad es que las causas de violencia en un contexto de relaciones de pareja se debe principalmente a la intolerancia, los celos, el abuso del alcohol o las drogas, el dinero, o trastornos mentales, algo que las autoridades suelen obviar y optan por soluciones populistas que no resuelven el problema de fondo.
Así las cosas, los datos oficiales desde que se implementó la ley del feminicidio y cuya ponente irónicamente fue la congresista María Fernanda Cabal (critica acérrima de la ideología de género) demuestran que ha sido un total fracaso, un derroche de tiempo, dinero y recursos públicos a cambio de nada, y aún así pretende este gobierno promulgar una ley similar contra los violadores de niños.
El verdadero abuso de la mujer proviene de los políticos, medios de comunicación y organizaciones feministas, quienes manosean a la mujer cada que pueden para sus propios intereses.
El mejor reclamo que pueden hacer las mujeres en su día, es ese, el de ser mujer, el de tener vida propia, exigirle al gobierno que deje de tratarlas como infantes, hacerles saber que tienen la capacidad de escoger el proyecto de vida que les venga en gana y no el que el gobierno, o los medios, o un grupo de sociópatas les imponga; que cuando quieran ocupar un puesto público sea por merito propio y no por que una ley de cuotas les tenga reservado un asiento, a los medios de comunicación que dejen de victimizarlas, y a aquellas que se auto proclaman la vocería de todas, exigirles que no les sigan arruinando la vida a tantas.
P.d.: ¿ Alguien sabe si ya fue condenada la señora Gloria Aideé Huertas Riaño, sindicada de asesinar con arma blanca, el 24 de marzo de 2019, a sus dos hijos de 7 y de 10 años, después de haber asesinado previamente a su esposo ?