La vida se le partió en dos A Isabel Sofía Cabrales cuando conoció a Tomás Uribe, el hijo mayor del entonces presidente Álvaro Uribe Vélez. Era el 2005 y a sus 25 años la Momposina de estrictos padres católicos y ganaderos del tradicional barrio la Albarradal no era ninguna pintada en la pared. La sobrina de Hernán Zajar ya había sido Virreina Nacional de la Belleza en el 2002, era una de las consentidas de Stock Models y presentadora de RCN, labores que la apasionaban y motivaban a trabajar cada día. Pero llegó el momento en donde decidió dejar todo por ser la esposa de Tomás Uribe: así desapareció Isabel Cristina Cabrales de la TV.
¿Cómo se conocieron?
A su esposo lo conoció en una sesión de fotos. Dos cines, tres conciertos y una amistad que pronto se fue transformando en una atracción irresistible. Se casaron e Isabel Sofía desapareció de la farándula: renunció a la televisión, al modelaje y dejó la universidad, solo le quedaron faltando 3 materias, la tesis y prácticas para poder graduarse. Se fue detrás del sueño de Tomás a China. Uribe en ese momento iniciaba el proyecto de la empresa de artesanías Salvarte e iba a Hong Kong en busca de nuevos mercados y oportunidades de expansión para su negocio. Por su parte, Isabel Sofía aprovecharía para estudiar mandarían y probar suerte, al igual que su pareja, como una exitosa empresaria. Pero al poco tiempo se dio cuenta que no pertenecía a ese mundo ni tampoco era su sueño. Se enfermó a causa de una infección por la comida asiática, bajó tres kilos y a los pocos meses no tuvo de otra que devolverse sola a Colombia. Dieron por terminada la relación.
Tres meses después, Isabel Sofía le dio una segunda oportunidad al amor y volvió a radicarse en China. Sorpresivamente, Tomás le pidió matrimonio y en menos de dos meses dieron el si frente la Catedral Santa Catalina de Alejandría en Cartagena. La modelo y presentadora se dedicó de lleno a convertirse en una mujer de hogar. Ser la nuera del Presidente traía sus responsabilidades y estar alejada de la vida del espectáculo era lo más sabio para evitar polémica, o en su defecto, escándalos. Los colombianos pasaron de verla como la carismática presentadora y bella modelo que salía de en la portada de revistas a considerarla una mujer petulante y antipática por ser miembro de la familia ‘real’.
Años después de contraer matrimonio y sin muchas opciones decidió reintegrarse a la universidad. Por haberse convertido en la esposa del hijo del presidente, algunos profesores eran más exigentes con ella, solían atacarla y ‘montársela’ en clase. Isabel Sofía no tuvo más remedio que esforzarse el triple para poder culminar su carrera. Empezó a soñar de nuevo con trabajar, esta vez, en una ONG o entidad dedicada a proteger el medio ambiente y para luego estudiar una maestría en el exterior. Pero sus planes se vieron truncados con la llegada de sus dos hijos, Jerónimo y Leticia, los consentidos del abuelo paterno.
La vida de Isabel Cristina lejos de la televisión
La vida de Isabel Cristina gira en torno a sus hijos y a preservar la unión familiar siguiendo los pasos de su suegra, Lina Moreno, con quien mantiene una relación bastante cercana y se ha convertido en su maestra y consejera. De ella aprendió que la clave del éxito de cualquier matrimonio es la paciencia y tolerancia. En la medida en que sus hijos crecen, Isabel Sofía no descarta que se dediquen a la política siguiendo el ejemplo de su abuelo, aunque sabe que para estar en ese mundo se debe ser fuerte ella apoyaría y respetaría la decisión de sus hijos.
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Aunque muchos se preguntan si Isabel Sofía volverá a la televisión, ella no descarta la posibilidad pero su prioridad en un futuro remoto es ser madre y esposa. Además de apoyar la carrera política de otros de sus familiares que incursionan en el senado por el Centro Democrático.
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