El salto fue meteórico. A principios de los años sesenta, Samsung Electronics era una compañía local de electrónica conocida en Seúl, pero su fundador Lee Byung-chul, se movió con precisión quirúrgica y en 1987, cuando le cedió la presidencia a su hijo, Lee Kun-hee, ya era un conglomerado global con presencia en todos los puntos del mapa.
En Colombia, de cada 10 colombianos, 6 llevan en el bolsillo tecnología Samsung. Es, además, el mayor fabricante de teléfonos y chips de memoria del mundo. Desde 2020, su presidente ejecutivo en Colombia es Sang Ho Lee. Su estrategia ha servido para que Samsung sea la empresa de tecnología que más vendió en Colombia en 2022 al superar más de 4 billones de pesos.
Pese a los buenos resultados en Colombia, los últimos años no han sido buenos para la familia Lee. En 2008, Lee Kun-Hee murió y le cedió la posta a uno de sus hijos, Jay Y. Lee quien fue acusado en 2017 de entregar grandes donaciones a fundaciones manejadas por el mejor amigo de la depuesta presidenta de Corea, Park Geun-hye a cambio de favores políticos.
El objetivo era sobornar a las máximas autoridades de Corea y permitir a Lee fusionar dos compañías: la Samsung C&T Corp, dedicada a la construcción y el comercio con Cheil Industries Inc, enfocada en el entretenimiento. Esta fusión convertiría a Lee en el emperador absoluto de Samsung.
La compañía fusionada le reforzaría a la familia Lee el control sobre Samsung Electronics y Jay Y. necesitaba completar la fusión por las objeciones de algunos inversionistas, mediante la aprobación de un accionista mayoritario, el servicio pensional nacional bajo el control de la presidenta Park Geun-hye.
En 2017, acusado de entregar sobornos por casi 30 millones de libras a la presidenta Park, Lee fue arrestado en Seúl. Mientras tanto, la Presidenta fue destituida. Lee fue condenado a cinco años de prisión bajo estos cargos: soborno, malversación de fondos, ocultamiento de activos en el extranjero, encubrimiento de ganancias de actos criminales y perjurio. La Fiscalía de ese país solicitaba doce.
Sólo pagó año y medio de cárcel. En 2021, le hicieron un nuevo juicio y la pena fue reducida a la mitad: dos años y medio. A pesar de que la ley coreana inhabilita para ejercer cargos de alta gerencia a procesados y condenados, Lee obtuvo un indulto por parte del siguiente presidente coreano Moon Jae-in y así, Jay Y. Lee pudo volver a coronarse como la máxima cabeza de Samsung. Lee es el hombre más rico de Corea del Sur y el 225 del mundo con una fortuna estimada de USD 9.100 millones, según la revista Forbes.
El año pasado prometió que no pasará el control de la compañía a sus hijos rompiendo la tradición del modelo empresarial chaebol que se seguía desde su abuelo Lee Byung-chul, el fundador de una pequeña tienda de comestibles en la década de 1930, que luego de tres generaciones se convirtió en una de las marcas mundiales más valoradas, Samsung y responsable de casi el 20 % del PIB de Corea del Sur.
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