Cementos Argos existe hoy por la audacia de Jorge Arango Carrasquilla, el hijo de un rico comerciante antioqueño, don Claudino Arango, que le propuso el negocio a su papá. Nacido en Santo Domingo, Antioquia, un pueblo de tradición minera, don Claudino. A través del comercio, logró hacer una fortuna que le permitió fundar algunas empresas, incluyendo una de cigarrillos
Tuvo doce hijos con Isabel Carrasquilla, hermana del escritor Tomás Carrasquilla y uno de ellos Jorge se le apreció con la iniciativa de montar un negocio de cemento, aprovechando calizas que había en la zona de Santo Domingo. Don Claudino lo apoyó. A sus 76 años vendió algunas inversiones para lograr aportar la mayor parte de los $ 300.000 que se necesitaban para poner en marcha esta sociedad anónima, que como era normal en esa época en Antioquia. Se invitó abiertamente en calidad de accionistas y casi un centenar de personas se sumaron, además de dos aliados públicos: el municipio de Medellín y el Ferrocarril de Antioquia.
Además de Don Claudino varios miembros de su familia apoyaron la idea y entraron a participar en la nueva sociedad, Jorge y su hermano Rafael, los sobrinos Leopoldo Arango Ceballos y Félix Mejía Arango, además de su yerno Julio Luis Restrepo. En 1934 nació la cementera Argos, cuyo nombre resultó de la combinación de los apellidos Arango y Restrepo.
Visionarios nacidos en la Antioquia profunda
Don Claudino, con mucha visión tenía claro que su éxito de un comerciante empírico no debía ser el destino de sus hijos y pensó en formarlos. Jorge, nacido en 1895, no solo estudió ingeniería civil, sino que tuvo el empuje para especializarse a Estados Unidos. De regresó a su tierra se vinculó a trabajar en el ferrocarril de Antioquia que sacó a Antioquia de su aislamiento geográfico.
Allí conoció a Carlos Sevillano con quién en sus recorridos de mejoramiento de la vía férrea descubrieron unos yacimientos de piedra caliza que analizaron con la intención de aprovecharlos; viendo su potencial para producir cemento se dedicaron a estudiar la de maquinaría requerida y realizar análisis del mercado para presentarle a Don Claudino un estudio de factibilidad para el montaje de una fábrica de cemento.
Con el respaldo empresarial de su padre, el inicio de operaciones productivas se concretó en octubre de 1936, luego de la compra e importación de la maquinaria, el montaje y construcción de la planta. En dos años el negoció ya estaba dando utilidades y había logrado reunir al menos a cien personas como socias que recibieron los primeros dividendos en 1938.
El conocimiento de ingeniero y el instinto empresaria fueran la combinación perfecta para que la empresa se expandiera por Antioquia, explorando otras vetas de caliza, pero también asociándose o adquiriendo otras cementeros que habían consolidado sus empresas en otras regiones del país. Fue el caso de Cementos del Nare, Cementos del Valle (1938), Cementos del Caribe (1944), Cementos El Cairo (1946) y Cementos de Caldas (1995). Para los años 50, Don Jorge Arango había llevado a Argos a convertirse en la cementera más grande del país.
De los tres hijos de Don Jorge, su sucesor estaba claro. Fue su primogénito, Adolfo, quien asumió el control empresarial. Se formó como ingeniero civil de la Universidad Nacional y como su papá se especializó en Estados Unidos. Viajó a la Universidad de Michigan a estudiar un posgrado y regresó a trabajar en la empresa familiar como ingeniero técnico jefe. Ocupó la gerencia general y presidencia de Cementos Argos entre 1963 y 1999. Continuaron, en cabeza suya, las compras: Tolcemento (1972), Colclincker (1974), Cementos Rioclaro (1982) y Cementos Paz del Rio en los 90s.
Además del éxito como empresario Adolfo Arango se comprometió con causas cívicas y con vocación cultural y lideró con otros dirigentes la construcción del Teatro Metropolitano. Pero también impulsó Proantioquia, Quirama, Incolda y acompañó desde la junta directiva al Hospital Pablo Tobón Uribe y el Metro de Medellín.
Tuvo tres hijas con María Cristina Uribe Correa: María Mercedes, Olga Isabel y Ana Cristina Arango Uribe, quien se ha vinculado de manera más directa al negocio cementero desde la junta del Grupo Argos, el holding que incluye la cementara. María Mercedes forma parte de la junta directiva de Corporación San Blas entidad sin ánimo de lucro que busca promover el acceso a la educación.
Desde hace casi veinte años comenzó la incursión de Cementos Argos en Estados Unidos, una decisión que construyó las bases para el gran salto empresarial que acaba de dar bajo el liderazgo de su presidente Juan Esteban Calle, la fusión con Summit Materials que la coloca como la cuarta empresa cementera de ese país.
