Acababan de perder en Manizales, una derrota dolorosa y preocupante. El club no podía perder. Claro que no podía perder. Esta perdida contra el último de la clasificación, el Once Caldas, podría costarle al equipo del Bolillo la eliminación a los 8. Sin embargo a algunos jugadores, que no les corre sangre por las venas, les valió un pepino y se fueron a beber. En el entrenamiento del pasado lunes el Chino Sandoval llegó borracho. Sandoval, bautizado por Martín de Francisco como el fajador del sudeste asiático, había llegado ebrio a entrenar. A sus 23 años Sandoval se había consolidado como uno de los goleadores del equipo Tiburón. Pero este acto de indisciplina lo sacará definitivamente del equipo Tiburón. No es la primera vez que Sandoval protagoniza este tipo de actos, ya había ocurrido en el pasado. Junto a Sandoval otros jugadores llegaron enfiestados como el caso de Walmer Pacheco y José Ortiz.
Esto es una falta de respeto hacia unas directivas, encabezadas por Fuad Char, que siempre le cumplen a sus jugadores, que pagan puntual y que además pagan muy bien. No puede ser que cometan la sinverguenzura de llegar borrachos después de una derrota, una derrota que puede costar una eliminación.
Un día de estos Don Fuad se va a aburrir y va a echar a todos los que no sientan con fervor la camiseta a rayas blancas del equipo más popular de la Costa. No es la primera vez que se ríen del jefe de la familia Char. Teófilo Gutierrez, jugador que jamás volverá a ponerse la camiseta tiburona, empujó al jefe máximo después de un cruce de palabras. ¿Quién puede soportar tanto? Hay que recordarles que el equipo no era nada antes de que los Char los compraran en 1972. Fue Don Fuad quien les dio la gloria, quien los volvió grandes.